Diario METRO
N
o me cabe en mi ser contemplar la enfermedad como un castigo, consecuencia de una mala acción en el pasado; No procesa mi organismo, que nazcan niños con discapacidades o seres humanos que han dedicado su vida al servicio de otros, y que de pronto, una mañana mueran súbitamente; no entiendo cómo es posible que el cáncer sea una pandemia mundial y que aún, con los avances nanotecnológicos, no hayan detectado cómo se degeneran las células, y cómo evitar ese proceso letal.
Que si los lácteos, que si la falta de ejercicio, que si nunca tuvo embarazos, que si evitó la lactancia materna, que si era vírgen, que si el estrés; Hay una cantidad de posibles causas para sufrir enfermedades tan brutales como el cáncer. Llega, en ocasiones de forma asintomática, silenciosa, lo descubrís justo a unos meses de que el médico(a) te desahucie; te absorbe, te consume, se come lentamente tus defensas, tu energía y tus ganas de vivir.
Conozco casos de personas que siendo sanas, comiendo saludable, viviendo una vida en armonía, llenas de motivación y agentes de cambio en su entorno, se enferman y no tienen reversa, más que esperar el desenlace final, ese último capítulo en el que deseas tenés fuerzas para despedirte, pero llega tan rápido, que no da chance. Yo no estoy segura de querer saber el porqué hay seres humanos sufriendo en éste momento por ese tipo de dolencias; por que los porqués no les devolverán su salud.
Pero sí me gustaría saber cómo puede uno ayudar en éstos momentos de lucha, en los que no hay tregua para la duda, para el decaimiento, pero es mucho de lo que embarga a diario a los pacientes de cáncer; y hablo en particular de éste tema por celebrar el día de mañana, 19 de Octubre, el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mamas.
Sabías que, el cáncer de mamas es el más común en las mujeres, sin importar su raza o grupo étnico. La “Organización Mundial de la Salud” categoriza el cáncer como una de las principales muertes en el mundo, entre ellas, el cáncer de seno. La “American Cancer Society” señala que el riesgo promedio, de una mujer en Estados Unidos, a padecer de cáncer de seno algún momento de su vida es del 12%, lo que significa una probabilidad de 1 en 8 mujeres de padecer la enfermedad.
Me pregunto: ¿Es una cuestión de miedo a la información o un problema real de ignorancia? La difusión masiva, las campañas de comunicación, los programas de salud que promueven el autoexámen de seno; El autoexamen es una decisión, es nuestra responsabilidad y podés hacerlo exáctamente 8 días después de que te viene tu período. Si podemos utilizar nuestras manos para chatear, estoy segura que podremos utilizarlas para hacernos nuestro chequeo 1 vez al mes. Quizás al inicio sea incómodo, pues tendrás que observar y tocar tus seno, reconocerlos e identificarte con su forma y textura. Quitemos la pena de éste acto tan sano y natural.
Decidir enfermar o no, no es una opción; Nadie desea enfermar y sufrir, en ocasiones son situaciones heredadas genéticamente que no podemos ni evitar; no tiene nada que ver con si sos “buena o mala”, si “practicas una religión o no”, si “tenés vida sexual o no”, mucho menos cómo he escuchado por ahí, “te lo andabas buscando”. Enfermar, no es un tema de “consciencia”, ni de vanos “por qués”; sino de tomar acción, informarte, prevenir y sobreponerte a la situación.
¡Sumate y conservá tu salud, practicá el autoexámen, dale la importancia que merece!