Emprendiendo con conciencia social

por Lyhelis
0 comentario

H

oy por hoy los emprendedores tenemos más oportunidades que antes, las ideas innovadoras se convierten en acción; acciones que generan resultados tangibles y positivos. Es alentador escuchar amigos y amigas que estan emprendiendo pequeños negocios con grandes visiones, que anhelan tener éxito y crecimiento a futuro. ¡Y no dudo que vayan a lograrlo!

Usualmente, cuando logras emprender, te perdés en los detalles, hay mucho que aprender. Un negocio requiere planificación, mecanismos de control, estrategias de publicidad, entre otros temas ligados a la administración, que usualmente asumimos de forma personal, por falta de recursos para invertir en talento humano. Y en ese ir y venir, perdemos la visión de lo que nos llevó a innovar, del deseo que teníamos de salir de la “esclavitud” y aportar valor agregado a nuestro entorno, através de nuestros servicios o productos.

Y si el negocio es exitoso, genera rentabilidad, se comienza a posicionar en el “top of mind” de la gente, atrae nuevos clientes y aumenta la demanda, sin pensarlo estas inmerso viviendo a plenitud tu sueño, restándole importancia a la máxima de “emprender con conciencia social”.

Alguna vez te has cuestionado si estas actuando con conciencia social; y no me refiero a la conciencia a como la entendemos usualmente, esa que vinculamos a la moral, a la clasificación de lo “bueno” y lo “malo”, de lo “correcto” y lo “incorrecto”, sino a la intencionalidad con la que socialmente actuamos.

Podés lograr que tu emprendimiento tenga conciencia social de varias maneras, por ejemplo: al formalizarte legalmente y cumplir con tus obligaciones tributarias, cuando disponés del uso de papel o materiales de oficina certificados, que garantizan el buen manejo de los recursos que provienen del bosque (papel que en las librerías cuesta igual que uno no certificado), o cuando contratás a tu equipo con salarios justo y los afilias al seguro, protegiendo sus derechos y cumpliendo con tus obligaciones laborales. Otra forma es involucrándote activamente con la comunidad en la que desarrollás tu innovación, o ahorrando para que al final del año de acuerdo a tus recursos se destine un porcentaje al apoyo de una causa social acorde al núcleo de tu negocio.

Es decir, la conciencia va ligada a tu modelo de gestión socialmente responsable. No importa cuando pequeña sea tu iniciativa, siempre será buen momento para definir el tipo de modelo de negocio que se quiere implementar, y en este caso, la responsabilidad social nos brinda reglas claras para emprender con conciencia social, respetando los derechos humanos, promoviendo el desarrollo de la comunidad, protegiendo el medio ambiente, ejecutando prácticas justas de operación, cuidando a nuestros clientes (internos y externos), promoviendo balance entre nuestra vida personal y profesional en nuestras prácticas laborales.

La conciencia social también puede estar conectada con causas en pro de grupos vulnerables, siempre y cuando vaya en sintonía con el giro y naturaleza de tu negocio, es decir, si sos una empresaria que trabaja en el rubro cuero-calzado, es probable que tu valor agregado vaya en pro de proveer calzado a niños(as) de escasos recursos. O que si tenés una comidería, al final de cada jornada, destinés una cantidad de tu producción a un hospital público, una casa hogar o un albergue. ¡Las ideas son ilimitadas!

Es tu “deseo personal de querer ayudar” lo que determinará hasta dónde se puede llegar. No perdás la perspectiva, con intención hecha acción, nuestros servicios o productos, sí pueden incidir positivamente en la vida de alguien que lo necesita. ¡Si nosotros así lo decidimos!

 

También te puede interesar

Deja un comentario