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Responsabilidad Social Empresarial en tiempos de pandemia: una forma de hacer las cosas

por Lyhelis septiembre 7, 2020
escrito por Lyhelis

La pandemia  del COVID-19 vino a cambiar muchas cosas: la forma en que nos relacionamos con otras personas, nuestros hábitos de consumo, las metodologías de estudio, las actividades recreativas, el cómo utilizamos los recursos, e incluso, nuestras dinámicas de trabajo y el impacto que las organizaciones pueden tener en la comunidad y, por ende, en el mundo.

La pandemia también ha incrementado y evidenciado – según coinciden las y los expertos – las desigualdades que ya existían desde antes de que apareciera el primer caso de COVID-19 a finales del año pasado.

En ese marco, asumir los compromisos de Responsabilidad Social toma más relevancia que nunca. Esto, debido a que se trata de una forma de operar por parte de las organizaciones que reconocen sus impactos a nivel económico, ambiental y social, y realizan esfuerzos permanentes, coherentes y alineados con su modelo de negocio para disminuir sus efectos negativos y aumentar los positivos.

Además, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no es marketing verde, no es publicidad gratuita y tampoco es social washing. Es una visión de mundo que permea a toda la organización e incluye a todos los stakeholders (accionistas, colaboradores, proveedores, clientes y comunidad).

Precisamente, por esta razón, a la RSE se le conoce como el camino a la sostenibilidad.

De hecho, de acuerdo con el ISO 26000, la RSE es la “responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, a través de un comportamiento transparente y ético que contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad; tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas; cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con las normas internacionales de comportamiento; y esté integrada en toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones”.

Por otro lado, la Responsabilidad Social no es una estrategia aislada de una empresa; más bien forma parte de un contexto aún mayor que la trasciende.

De acuerdo con Glenda Monge de la firma especializada See Women, la Responsabilidad Social puede enmarcarse en la Agenda 2030 instaurada por las Naciones Unidas – que contempla 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible – y de los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París. Ambos instrumentos involucran a los diferentes actores de la sociedad, incluyendo la empresa privada y las distintas organizaciones.

Además, ejecutar una estrategia de Responsabilidad Social Empresarial es una decisión que se toma independientemente del tamaño de la organización o el sector en el que se desarrolla.

Es más, para la consultora internacional Lyhelis Torres, es a través de la RSE que las pequeñas y medianas empresas pueden reinventarse en el marco del COVID-19.

No obstante, aunque muchas y muchos líderes empresariales y emprendedores saben todo lo anterior, pueden existir cuestionamientos sobre cómo ser socialmente responsables ante un panorama marcado por la desaceleración económica, con más de un 20% de desempleo en Costa Rica, una mayor informalidad de las actividades productivas y el potencial riesgo de contagio de un virus que ha matado a miles de personas en el mundo.

Por esa razón, en CR Actualidad nos dimos a la labor de preguntarle a expertos en RSE de distintos sectores ¿cómo ser socialmente responsables en tiempos de pandemia? Y estas fueron sus respuestas.

Para Luis Mastroeni, director de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad de Dos Pinos, la pandemia vino a resaltar un principio básico: si la sociedad está enferma, la empresa no puede operar.

Su opinión coincide con las conclusiones de un estudio de la CEPAL y la OPS que indicó que sin salud la economía no avanza. El documento conjunto puntualizó en que, si no se controla la curva de contagio de la pandemia, no será posible reactivar la economía de los países.

Por esa razón, en primer lugar, las empresas deben garantizar la salud y el bienestar de su talento humano. “Se vuelve necesario mirar hacia dentro y disponer a la organización de manera que se puedan acatar los lineamientos del Ministerio de Salud”, dijo Mastroeni.

Lo mismo opinó el gerente de Relaciones Públicas de la empresa trasnacional INTEL, Timothy Scott, para quien la RSE empieza por casa, desde adentro de la empresa.

Floribeth González · RSE: Timothy Scott de INTEL

izar el bienestar del público interno de una empresa es optar, en lo posible, por el teletrabajo. Esta herramienta fue mencionada también por otros expertos consultados.

No obstante, permitir que las y los colaboradores laboren desde casa debe involucrar la toma de conciencia sobre la realidad que viven en sus hogares y brindarles las facilidades para su productividad y eficiencia.

Además, una política de teletrabajo debe, obligatoriamente, contener el enfoque de equidad de género, pues está demostrado que las mujeres que trabajan desde casa pueden estar realizando una jornada doble o triple.

Lo anterior debido a que la mayoría de las mujeres no sólo realizan sus labores de oficina sino que además se encargan del trabajo doméstico y del cuido de personas menores de edad y adultos mayores. Así lo explicó la directora de Desarrollo Social de Efecto Boomerang, Cynthia Castro.

Por su parte, Gisela Sánchez, directora de Relaciones Corporativas de la empresa Florida Ice and Farm Company (FIFCO), una de las más grandes del país, explicó que de la mano con el bienestar de los empleados deben ir los esfuerzos por sostener sus trabajos, especialmente cuando de la estabilidad del empleo depende toda la dinámica económica del país.

Adicionalmente, Sánchez dijo que las empresas pueden tomar la decisión de apoyar a emprendedores locales no sólo comprándoles sus productos sino dándoles mentoría y aportándoles recursos para el crecimiento de su negocio.

Otra de las medidas mencionadas por las y los entrevistados fue colaborar con autoridades de Gobierno (especialmente con las  encargadas de primera respuesta) y con la comunidad en la que opera la empresa – desde lo que hace la organización – para ayudar a las poblaciones y sectores más afectados por la pandemia.

Se trata de crear alianzas público – privadas y proyectos colaborativos donde se comparte un mismo fin: llevar recursos, herramientas y esperanza a la gente.

Este tipo de acciones de Responsabilidad Social también pueden ser ejecutadas por empresas públicas e instituciones del Estado. Ese es el caso del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), según comentó su presidente ejecutivo, Andrés Valenciano.

Otro ejemplo es el del Banco Nacional con el turismo y la economía naranja.

Silvia Chaves Herra, directora de Sostenibilidad de esa entidad financiera indicó que para que las empresas estatales sean socialmente responsables deben “trabajar más cerca de los diferentes públicos de interés y conocer sus necesidades; la problemática y las consecuencias que enfrentan a raíz de la pandemia”.

En resumen, algunas acciones que pueden realizar las empresas y organizaciones desde la Responsabilidad Social en el marco de la pandemia son:

  1. Realizar estudios para conocer los impactos positivos y negativos generados por la operación de la empresa y aprender a gestionarlos adecuadamente.
  2. Mirar hacia dentro y garantizar el bienestar y la salud de las y los colaboradores.
  3. Acatar los lineamientos del Ministerio de Salud ante el COVID-19.
  4. Cumplir con la legalidad y las obligaciones tributarias.
  5. Tomar medidas para proteger el empleo.
  6. Ejecutar una política de teletrabajo con enfoque de género.
  7. Generar encadenamientos y alianzas comerciales con proveedores locales.
  8. Prestar servicios de manera gratuita a poblaciones afectadas (si aplica).
  9. Mitigar el impacto de la desaceleración económica a través de moratorias, descuentos, ampliación de planes de pago (si aplica).
  10. Las empresas que no se están viendo afectadas negativamente – o incluso, de sectores beneficiados por la pandemia – pueden construir estrategias solidarias con otras empresas y emprendimientos.
  11. Realizar acciones sociales en favor de sus comunidades de impacto directo.
  12. Preparar un plan post COVID-19 desde ya, que se adapte a la nueva realidad.

Por ejemplo, en Costa Rica hemos visto rentacars que pusieron a disposición de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sus vehículos y chóferes para entregar medicamentos a poblaciones en riesgo; empresas del sector alimentario que regalaron cientos de paquetes con comida y bebidas para familias en pobreza; compañías que donan refrigerios para funcionarios públicos que atienden la emergencia desde la primera línea; instituciones que transportan en sus propios vehículos los diarios para comedores escolares; organizaciones que donan equipo de protección personal y prendas hospitalarias a la CCSS; marcas que instalan estaciones de lavado, dispensadores de agua y suministran alcohol en gel en lugares concurridos y con mayor riesgo de contagio.

Esto sumado a iniciativas para sostener el empleo y las condiciones óptimas de trabajo de su equipo humano, y ofrecer tranquilidad en caso de contraer el virus. Además, se ha informado sobre programas y plataformas colaborativas para apoyar a las pymes en su incursión al comercio electrónico y el mundo digital con el afán de que puedan continuar operando en estas circunstancias.

Eso sí, debido a que la RSE no es filantropía ni caridad, ¿cuáles son los beneficios y ventajas de ser una organización socialmente responsable?

Para responder, hicimos un rastreo de información en Internet a partir de medios de comunicación especializados, escuelas de negocios y asociaciones empresariales, y encontramos que la RSE:

  • Reduce costos (por la disminución del consumo de energía, optimización de los procesos, y mejoras en las líneas de producción y cadenas de suministro).
  • Reduce el impacto ambiental de las compañías.
  • Aumenta la capacidad para atraer y retener talento (especialmente joven).
  • Mejora el clima laboral y la productividad.
  • Genera más fidelización de los clientes y refuerza la credibilidad.
  • Aumenta las ventas.
  • Promueve el interés de potenciales inversionistas y entidades financieras.
  • Ofrece ventajas fiscales, por ejemplo, a partir de donaciones a fundaciones u organizaciones de bien social o por la inclusión laboral de poblaciones históricamente vulnerabilizadas.
  • Mejora la reputación (valoración pública de la imagen y de la marca).
  • Es una herramienta diferenciadora.
  • Otorga una licencia social para operar (reduce el sabotaje y crea embajadores positivos de la marca).
  • Brinda sostenibilidad en el largo plazo.

En concreto, se trata de una relación ganar – ganar donde todas las partes involucradas en la operación de una empresa privada o pública resultan beneficiadas gracias a una forma consciente y responsable de hacer las cosas, ya sea en el marco de una pandemia global de salud o no.

Colaboración: https://www.cractualidad.com/sociedad-global/responsabilidad-social-empresarial-en-tiempos-de-pandemia-una-forma-de-hacer-las-cosas/

septiembre 7, 2020 0 comentario
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Distanciamiento ¿Físico o Social? – Una reflexión sobre el cambio de nuestros rituales

por Lyhelis agosto 29, 2020
escrito por Lyhelis

Sé que llevo mucho tiempo sin publicar en esta columna, pero les garantizo que sigo escribiendo, en privado, enfocada en el libro y en unos 20 artículos inéditos, que he escrito de forma terapéutica, para vaciar ideas y dejar lugar en el disco duro.

Hace unos días compartiendo -en la terraza de casa- con mis padres, surgió el tema del llamado “distanciamiento social” (mi padre es asiduo lector y me comparte artículos que amplían mi visión de las cosas), luego compartimos impresiones… y de ese compartir, nació este artículo.

La vida ha cambiado, los sucesos mundiales nos han cambiado la forma de vivir; yo, en lo personal me he quedado en Nicaragua, contenta por tener la oportunidad de convivir con mis padres y de disfrutar en mi día a día, bajo el mismo techo, a mi “abue”.

Reconozco que esa dosis de felicidad y sonrisas diarias tienen un alto costo de responsabilidad, mucho más en estas circunstancias.

Solo para ponerles en contexto, mi “abue” y yo –sin querer queriendo- teníamos un ritual mañanero, yo salía del cuarto y me iba donde ella, siempre tiene un cojín en sus pies (por la circulación) y yo llegaba, me arrodillaba y me acurrucaba en sus piernas, mientras ella me sobaba la cabeza y me aliñaba el pelito, mientras nos contábamos cómo habíamos pasado la noche y qué tenía que hacer ese día.

Yo realmente sentí lo que significaba la pandemia el día que mi “abue” me dijo: “…no, no, nada de besitos, tenemos que mantener la distancia, esto es peligroso…” y no dejó que me acercara (siento el “nudo” en la garganta). Casi de inmediato me dijo: “yo te quiero mucho, y sí quiero tus besitos, solo que me da miedo”. Y la entendí 100%, con empatía.

Ahora bien, hay 3 tipos de mecanismos que podemos elegir para resguardarnos y cuidarnos de la pandemia: distanciamiento, cuarentena y aislamiento. Si bien las 3 son medidas que afectan la forma de socializar y convivir, en éste escenario de vida, se agradece el cambio y que “marcar distancia” sea una opción.

La segunda vez, estaba almorzando en Sussi Bistró, recuerdo que íbamos a pagar y me encontré un amigo en la caja, me saludó y yo me giré para abrazarle y de inmediato sentí su reacción corporal, a lo que sumó la frase: “disculpá, estoy aplicando el distanciamiento social”. No les puedo negar que el momento fue un poco hostil, me caló. Andaba con un primo, quien puso su mano en mi espalda y al irse el grupo me dijo: “todo bien amor, no lo tomes personal” (después de lo de mi “abue”, nada podía afectarme, estaba “curada”, lo comprendí).

Ahora bien, hoy por hoy, hay mucho aprendizaje y cosas que podemos mejorar respecto a nuestra percepción de la realidad, y la forma en la que nos comunicamos. Especular o desinformar, no es una opción, ser fríos y distantes, tampoco. Ya bastante dolor ha suscitado la situación cómo para hacernos más daño.

Me gustaría desmitificar el término que –a mi parecer- se ha mal usado para marcar la distancia de 2 metros entre una y otra persona, yo le he llamado “distanciamiento físico”, porque eso es lo que representa, evitar el contacto físico entre 2 o más personas. La distancia sugerida es de un cuerpo con otro, y la verdad, es que éste proceso nos ha unido socialmente, hay más conexión – genuina, desinteresada y fraterna -, se han dejado a la vista los corazones vibrantes, las almas nobles y la actitud de servicio.

Socialmente, por fin estamos entendiendo que tenemos fuerza en colectivo, al reconocer nuestro valor individual; el impacto que genera tu decisión personal es lo que suma a tu entorno y comunidad. Lemas como “si yo me cuido, nos cuido”, ha tomado un sentido extraordinario de comunidad.

Tienes dudas, pregúntate:
¿Qué te motiva a marcar distancia?

Estoy segura que en éste caso es por pura seguridad, para evitar el contagio, reducir los riesgos que conlleva el virus, aplicar medidas preventivas, reducir la propagación, entre otras razones que no tienen nada que ver con ser “asocial”, es decir, que no se integra en la sociedad o no sigue las normas y convenciones sociales. Por eso pienso que el término más acertado sería “distanciamiento físico”.

La pandemia trae consigo varios retos: falta de interacción humana, ansiedad, manejo de la soledad, reducción de la productividad, incertidumbre, desempleo o exceso de trabajo con las nuevas medidas laborales, esto da para varios artículos más, a lo que deseo referirme es a la necesidad de no generarnos una causa más de frustración dándole poder a un término mal empleado.

Demos nosotros el primer paso, cambiemos el “social” por “físico”, hagámoslo viral, que el mundo reste poder al “distanciamiento social”, pues hoy más que nunca hemos descubierto el impacto que tiene la unidad del colectivo, vista en el rostro de la solidaridad, la sororidad, la gratitud, la compasión y el humanismo, todos valores asociados a la vida en sociedad.

¡Hagamos comunidad y cambiemos paradigmas!

Fuente: https://www.cractualidad.com/columnas/distanciamiento-fisico-o-social-una-reflexion-sobre-el-cambio-de-nuestros-rituales/

agosto 29, 2020 0 comentario
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El impacto de la pandemia en la sostenibilidad

por Lyhelis julio 14, 2020
escrito por Lyhelis

“Párate a pensar qué potencial tienes tú para cambiar la realidad”

Juan Armando Corbin

A diario, todos generamos un impacto en nuestro entorno, de nosotros depende que sea asertivo o negativo. Una palabra, una compra, el uso de un servicio, todo lleva implícito la toma de una decisión. Incluso cuando vivimos circunstancias que nos toman por sorpresa, y pensamos que no hicimos nada para que eso pasara, también ahí hemos tomado una posición y decidido una forma de actuar.

La realidad es que estamos atravesando por un momento histórico para la humanidad, 2020 se convertirá en el año más representativo de la década, un gran cierre (literal), que nos ha llevado a cambiar nuestra forma de ver la vida, nuestro estilo de consumo, nuestros hábitos diarios. Nos ha puesto en pausa y ha hecho que formateemos el sistema de pensamientos, las ideas, las creencias, los paradigmas.

Sin embargo, también ha generado un gran impacto en la visión de lo “sostenible”. Al día de hoy, aun encuentro personas que creen que hablar de sostenibilidad es hablar de “efecto en el tiempo” o “rentabilidad”, la sostenibilidad es más que eso, es una forma de gestión, es un estilo de vida, es un modelo de negocio. Es el acto de consciencia más elevado, hasta el momento, de impactar desde tu negocio y vida asertivamente en las Personas, el Planeta y la Prosperidad, cuidando que nadie se quede por fuera, con visión integral, con transparencia y equidad.

Y la pandemia ha venido a despertar un nuevo interés respecto al cambio con visión, suscitando una gran interrogante: ¿Cómo puedo hacerlo mejor? Esto aplicado a la vida diaria, a la gestión del negocio, a su vida en familia y hacia la comunidad. Y aquí, es donde le digo: ¡Piense de forma sostenible!

Es decir, identifique su cadena de valor, a sus actores claves, su impacto, identifique la naturaleza de su negocio y asocie toda su actividad comercial a la gestión socialmente responsable. Lea la ISO 26,000: Guía de Responsabilidad Social, creada por ISO en 2010, es un documento amigable, que responde muchas inquietudes. Comprométase con una o dos de las Materias Fundamentales de RS, detalle a que Objetivos de Desarrollo Sostenible se alinean y una vez ahí, detalle las metas y las acciones específicas que empezará a implementar en su empresa.

El tamaño del negocio no tiene relevancia, de igual forma su organización (grande o pequeña) tiene un efecto en el entorno, al tener una estrategia podrá visualizar el camino y la forma en la que va a transitarlo. Le será más sencillo tomar decisiones, pues Usted tendrá claras sus prioridades. Entre ellas, deberá sopesar entre los seres humanos y el negocio, no dude, su apuesta segura es el talento humano, sin ellos no hay empresa, ni colectivo que le colabore.

La sostenibilidad acaba de pasar de ser una “moda”, para entrar al auge que siempre debió haber tenido como modelo de negocio. Si Usted ya tiene su empresa en funciones, es momento de pensar en un Protocolo de Gestión del Cambio, de la mano de la Estrategia de Sostenibilidad.

Vivir la reingeniería de procesos es fascinante, ver el crecimiento exponencial que genera la transformación, será su mayor satisfacción.

Fuente: https://www.cractualidad.com/sociedad-global/sostenibilidad-y-ambiente/el-impacto-de-la-pandemia-en-la-sostenibilidad/

julio 14, 2020 0 comentario
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¿Cómo hacer el cambio hacia lo sostenible?

por Lyhelis julio 14, 2020
escrito por Lyhelis

“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas,
ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”

Charles Darwin

El cambio ha sido inminente, después de las declaraciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al reconocer la pandemia y sus efectos, empezó el estado de alerta y el impacto no se hizo esperar.

En Sostenibilidad se habla de la utilidad tripartita, bajo 3 ejes de acción, que miden el impacto: social, económico y medio ambiental de una persona y/u organización. Estas áreas están alineadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que tiene como base la Agenda 2030 que adopta 3 enfoques relevantes: Personas, Planeta y Prosperidad, que tienen por intención la Paz universal y el acceso a la Justicia.

Como puedes ver, la situación actual ha impactado radicalmente en las Personas, el Planeta y la Prosperidad, generando un estado de indefensión general, donde todos somos “iguales” ante el virus, esa es la muestra perfecta de igualdad y humanismo.

En medio de todo, la situación ha dejado al descubierto quiénes sí están organizacionalmente viviendo el modelo de gestión socialmente responsables y quiénes no, quienes han utilizado la RS (Responsabilidad Social) como una fachada, dejando a vista y paciencia de la población sus apariencias. Y esto ha sido bueno, porque más consumidores conscientes buscamos productos y servicios con impacto social positivo, más personas dejamos a un lado la campaña de mercadeo, por comprar a quien se ha ganado el respeto, gracias a sus valores reflejados en sus políticas empresariales.

Hoy por hoy, el modelo de negocio no solo se elige tomando en cuenta el riesgo reputacional, si no el riesgo operacional que genera el no tener implícito en su ADN organizacional el enfoque estratégico sostenible.

La pandemia ha sido la “excusa” perfecta para que el mundo gire sus ojos hacia una mirada más humana, integral e inclusiva. Más empresas y corporaciones están haciendo realidad sus eslogan publicitarios: “Más humanos”, “Nuestra Gente”, “Cuidemos la naturaleza”… entre otros. Y nos hemos dado cuenta de lo poco preparados que estábamos para afrontar una contingencia cómo la que estamos viviendo. Lo que genera un llamado de atención hacia la “debida diligencia” (due diligence) dentro de los negocios, enfocando esfuerzos hacia la creación de políticas estratégicas que nos permitan posicionarnos nuevamente en el mercado.

Todo cambio debe ser gestionado con asertividad, liderazgo e innovación, ésta es la oportunidad perfecta para cuestionarse: ¿Qué debo hacer diferente? ¿Cuál es mi área de mejora? ¿Cómo humanizo mi modelo de negocio? ¿Qué beneficios puedo obtener de la realidad presente? ¿Cuáles son los nuevos mercados? ¿Cómo diversifico mi propuesta de valor?

Las respuestas no vendrán solas, puede hacerlo con el acompañamiento de un especialista en la materia, sin embargo, si no tiene para invertir en asistencia técnica, le invito a conectar con su equipo de trabajo, escuche a su público de interés, encueste a sus proveedores, gire su mirada al entorno social: ¿Qué viven? ¿Qué necesitan? ¿Cómo puede su negocio solventar los nuevos “problemas” sociales?

La comunidad y su dinámica le mostrarán el camino más sabio, ellos son en éste momento la prioridad. ¿Dónde está ubicada físicamente su empresa? ¿Qué pasa en su localidad? ¿Qué tipo de impacto está generando? ¿Qué Derechos Humanos está gestionando desde su actuar empresarial? Responder a consciencia ésta serie de interrogantes, le abrirá un mundo de oportunidades para reactivar su negocio, hacia una gestión más sostenible.

Fuente: https://www.cractualidad.com/destacadas/como-hacer-el-cambio-hacia-lo-sostenible/

julio 14, 2020 0 comentario
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