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L
os seres humanos por naturaleza tenemos más conciencia externa que interna, por consiguiente tendemos a dudar de nuestras capacidades personales, pues conocemos poco de nosotros mismos. Somos los primeros en ver que lindos son los ojos de ella, o que bien se ve él. Incluso reconocemos con facilidad el carisma de quien recién llega a la oficina o el estado de ánimo del compañero del lado. Sin embargo, nos toma todo un día (o varios días) poder identificar que nos tiene decaídos o porque nos ponemos helados al hablar de algun tema.
¿Alguna vez te has detenido frente al espejo y has admirado tus rasgos más atractivos? O el hecho de saber que te conocés y aceptas te ha hecho sonreír? ¿Te detenés un momento en el día a agradecer por las bondades que tienes, lo bien que te sientes al hacer contacto visual o lo brillante de esa intervención en el trabajo? ¿Te atendés, te mimas, pasas tiempo de calidad con vos misma? Cuidas tus horarios de comida? Procuras tener un descanso reparador?
Esas son algunas de las cosas que cualquiera puede hacer para conectar consigo mismo. Luego de que has cliqueado con vos mismo, es momento de pasar a la siguiente pregunta: ¿de qué eres capaz?
Cada uno puede tener una respuesta diferente y les aseguro que todas serán correctas, pues mientras más única y suya sea, más les caracterizará y definirá. Pero, ¿cómo lograr saber de qué eres capaz? Podrías iniciar con un ejercicio sencillo, tomar una hoja de papel y en el título escribí: ¿Qué me hace feliz? Y detallá absolutamente todo lo que te genera felicidad, eso que te provoca y estimula es tu motivador y mientras más motivadores positivos y edificantes tengas, más seguro te sentirás de vos mismo y de tus capacidades.
Antes de iniciar este Proyecto, le dí un montón de vueltas a la idea, hasta que en la primera semana del año empecé a vivir mi proceso creativo. En lo personal, luego de cada experiencia de vida, de esas que te tocan el alma, viene a mi mente una frase que siento que me define: ¡soy capaz de “eso” y más! Fue esa simple expresión lo que me motivó a moverme.
Creéme, si aún tenés dudas tu vida se pone más interesante, pues las dudas y los cuestionamientos te brindan la oportunidad de darte respuestas nuevas, de reinventarte, de reencontrarte y de crear tu propio criterio, creencias y formar tu personalidad.