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De las amistades y otros vicios ocultos

por Lyhelis julio 4, 2018
escrito por Lyhelis

“L

os amigos son la familia que uno escoge”, esta frase anónima es muy famosa, se ha hecho viral en redes, ¿Ya la has escuchado? ¿Le has puesto mente? Leemos y escuchamos de todo en éstos días, desde el humor sarcástico más crudo, hasta las vulgaridades con alto contenido de violencia con sonido a la que llaman “música”. Este tipo de frases respecto a la amistad toman importancia cuando sos un pequeño de 5 años y llegás a tu primer día de clases, sintiéndote como un pollito comprado; ¿Crees que los y las niñas tienen mejores “sensores” para intuir quien puede ser su amigo o amiga en esos escenarios?

Hace unas semanas estaba en una conferencia sobre nuestro “Niño o Niña Pequeña” y una de las explicaciones que nos brindaban sobre los grupos era que usualmente los y las participantes se agrupan por instinto entre sus homólogos, los hombres entre ellos, los jóvenes entre sus pares, las familias, es un tema de afinidades. ¿Será que la amistad también es un tema de afinidades?

Por ejemplo, hace muchos años ya, creí que pertenecía a un grupo de amigas, éramos inseparables, compartíamos los mismos intereses: relaciones estables de pareja, formadoras de hogares, con sobrepeso, estudiando una maestría, con buenos puestos profesionales, estabilidad económica y en “busca de la felicidad”. Sin embargo, mi vida dio un giro un poco brusco en aquel momento, y dejé de tener una relación de pareja, incluso me quedé sin trabajo, me operaron 2 veces ese año, y a como era de esperarse, los intereses de vida dejaron de ser los mismos. No había terminado ese año, cuando mis “mejores amigas” prácticamente me sacaron del grupo.

Yo logré entender que una puede elegir querer a alguien y darle un título, pero que eso no hacía que la otra persona correspondiera a todas esas muestras de cariño. Pero nada pasa por casualidad, terminé ese año con personas valiosas a mi alrededor, personas que sin ser semejantes a mí en su estilo o rutina de vida, tenían valores similares, que profesaban con el ejemplo. Tenían respeto por la opinión ajena (en general), no hablaban de nadie a sus espaldas, trataban con equidad a su entorno y ante todo eran seres humanos genuinos, con dificultades personales –como todos y todas-, pero honestos consigo mismos.

La amistad se basa en la honestidad, si no somos honestos con nosotros mismos, no tendremos ese valor para compartirlos con otros, podremos aparentar, pero tarde o temprano, algo hará que todo salga a relucir y se note la deshonestidad y con ella, la falta de amistad.

Si analizaramos, hay cantidad de casos, imaginen cuántas veces has confiado a tu brother del alma un secreto, y te das cuenta que alguien más lo sabe. O cuando tu “amiga” ha andado emitiendo juicios sobre tu vida privada con otros amigos del grupo. O cuando tenés problemas en tu relación de pareja y hay una mejor amiga que abraza y conforta a tu esposo o esposa. Cuando una oportunidad profesional les pone en la situación competitiva y alguna de las partes se incomoda. Cuando ya no salimos a tomar, porque siento que no me hace bien y ya no compartimos ese espacio. Cuando se vive una separación o un divorco, y tus amigos eran sus amigos. O cuando incluso llegamos a la conclusión de que nuestra pareja nunca fue en realidad nuestro(a) amigo(a).

Siento que si estas cosas pasan, es quizás porque andamos el radar un poco atrofiado, es decir, llenamos nuestro tarro de la amistad (que anda un poco vacío), con el o la primera que nos brinda tiempo o espacio, sin que ese ser humano sea realmente un “amigo” o “amiga”. Aquí es donde aparecen los “vicios ocultos”, lo que nadie cuenta pero que aparece con el tiempo y la convivencia. Nosotros elegimos, pero mientras más adultos somos, menos aplicamos ese instinto infantil que puede acercar a 2 criaturas de 5 años en el preescolar. Quizás porque todo viene matizado con un legado de temores, y vemos a esas amistades como refugio personal, es decir, personas que conocen lo que otros ni imaginan.

Quizás, vale la pena tomarnos un tiempo, reconocer a los y las buenas amigas, agradecerles por estar y ser tal cual son con nosotros. Y elegir mejor nuestra escala de valores al seleccionar con quien compartimos nuestro tiempo, por nuestra salud mental, espiritual, física y emocional.

 

julio 4, 2018 3 comentarios
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Empoderamiento Femenino

por Lyhelis julio 4, 2018
escrito por Lyhelis

S

i Usted activa en su celular el buscador de Google, aparecerá un pequeño micrófono y la expresión: Di “Ok Google”, en ese momento aparecerá un texto que dice: “escuchando”, en mi caso le he consultado a Google el significado de la palabra “empoderamiento”, y literalmente expresa: “Adquisición de poder e independencia por parte de un grupo social desfavorcido para mejorar su situación”. Si le preguntás por femenino o femenina, hace una alusión directa a cualidades reproductivas, cito: “Que tiene órganos para ser fecundado”. Sin embargo, no existe un concepto específico sobre “empoderamiento femenino”; Y es que éste término fue ideado y reconocido en 1995, en la Conferencia Mundial de Mujeres, llevada a cabo en Pekin, Beijing.

Desde 1946, con la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, fue creada la “Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer”, órgano internacional intergubernamental dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. En la actualidad, el sistema de Naciones Unidas cuenta con “ONU MUJERES”, organización que se centra en cinco áreas prioritarias:

  1. aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres;
  2. poner fin a la violencia contra las mujeres;
  3. implicar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos de paz y seguridad;
  4. mejorar el empoderamiento económico de las mujeres;
  5. y hacer de la igualdad de género un aspecto central en la planificación y la elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5 ya establece claramente la apuesta mundial de que más empresas se sumen a modelos de gestión más humanos, comprometidos con la “Igualdad de Género”; avalados por encuestas en las que se comprueba la eficiencia y el éxito cosechado en negocios donde se reconoce y genera un espacio activo a la mujer, especialmente en temas de liderazgo y altos cargos. El progreso viene de la mano de las mujeres en todo el mundo, empequeñecer la brecha de género es la clave del éxito en nuestros días.

Hay un sinnúmero de hechos relevantes, que comprueban la importancia de la participación de la mujer en nuestras economías, ejemplo de esto lo podemos encontrar en el enlace a continuación, sobre “Empoderamiento Económico”, ver resultados en: http://www.unwomen.org/es/what-we-do/economic-empowerment/facts-and-figures

El sábado 13 de Marzo, miles de mujeres pertenecientes al movimiento mundial “Voces Vitales”, caminamos en un espacio de mentoría facilitando un espacio de diálogo y networking, en el que mujeres empresarias y emprendedoras estrechaban lazos y compartían intencionalmente experiencias de vida y de labor. Generando lazos entre una mentora y una aprendiz en lo bien llamado “Mentoring Walk”. Fue una invitación que me tomó por sorpresa, más por que me propusieron como Mentora, cuando en mi vida me siento en etapa de aprendizaje, sin embargo, no dejé de aprender en ese proceso, tuve la dicha de compartir con una mujer conciente de sus procesos de vida, empatizamos muchísimo y generamos sinergia.

A diario tenemos la oportunidad de compartir con otras mujeres, incluso con hombres empoderados de la importancia de estimular el cambio en nuestros sistemas culturales, generando espacios de poder igualitarios, compartiendo las labores de casa, cuidando y apoyando el crecimiento y la educación de los hijos, es decir, cambiando profundamente el estereotipo y los patrones adquiridos por costumbre de generación en generación. Pero, ¿cuánto de esto pasa concientemente? O solo lo hacemos porque nos “toca”.

¿Nuestra actitud es genuina? ¿Hay intereses claros involucrados en el cambio que vivimos? Esto es un poco como lo que pasa en los proyectos sociales, la medición se mira como una utopía, un ideal, que es “difícil” de medir, cuando no tenemos las herramientas o metodologías requeridas. La pregunta ya ha sido respondida, el impacto de la mujer en nuestras economías fluctuantes es real y reconocido universalmente. Te pregunto: ¿Qué estás haciendo para marcar la diferencia? ¿Cómo estás promoviendo la igualdad en tu hogar? ¿Qué te provoca cuándo escuchas hablar sobre el empoderamiento femenino?

Siempre recalco lo importante que es sentirte segura de vos misma, pero también soy de la opinión de que un hombre consciente es vital para generar equidad, de nada sirve que yo como mujer me lo crea, sí mi entorno se mofa de mi poder o sí en realizar no hay convicción sobre el tema.

Vamos, no solo es marzo, ni el día internacional de la mujer, es un tema de diario, de casa, de vida; es vital el empoderamiento de una sociedad igualitaria, donde se apueste al posicionamiento 50-50 de espacios de liderazgo. Pensala, no tenés nada que perder apostando por las mujeres.

 

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Nosotras las Niñas, ¡De rebeldes a empoderadas!

por Lyhelis julio 4, 2018
escrito por Lyhelis

C

onscientes o no, claros(as) o no, despiertos(as) o no, todas y todos -sin excepción- tenemos una escala de valores. Hemos crecido en sociedades con estructuras culturales y educativas en las que las cosas o las experiencias deben ser clasificadas en buenas o malas, y eso se nos hace algo normal. Vivimos pensando si será correcto o incorrecto, si es justo o injusto, si es positivo o negativo; tendemos a polarizar el enfoque de las vivencias.

En lo personal soy de la opinión que en el mundo todo es más bonito con una paleta de colores, me resulta difícil pensar en blanco y negro al momento de tomar una decisión. Yo que no soy daltónica, veo la vida en multicolor. Incluso, lo que es correcto para mí, puede ser incorrecto para Usted, lo que le hace bien a mi salud, puede hacerle mal a la suya. En ocasiones, deja de ser un tema de percepciones, es decir, no es lo que a mí me parece o lo que yo entendí, hay momentos en los que es tal cual debe ser, sin nada más que negociar.

Ante esta realidad, con menos años de experiencia, recuerdo lo mal que me la pasaba cuando tenía que decidir sobre X o Y tema, era frustrante, me tomaba horas, hacía un trabajo mental profundo, agotador he de decirles, terminaba cansada, drenada de darle tanta vuelta a un asunto. Y ni hablar de cuando se trataba de cosas trascendentes para mi vida, ahí me iba peor. Y pobres los que estaban a mi alrededor, porque me volvía monotemática, solo de ese asunto en particular me iban a escuchar hablar. Ay no, que cansón suena, que increíble, han habido muchos cambios desde esos días hasta la actualidad.

Tuve mis momentos en los que quería hacer algo, “peeero”… entraba la duda de las polaridades, pero “¿será que sea lo mejor?”, “’¿crees que sea lo correcto?”, “¡es que siento que…!” y “¿qué va a decir la gente si…?” Siempre hay una pregunta que puede cuestionarnos el camino a tomar o las acciones a vivir.

Justo el 14 de Febrero, Eli, mi amiga y colega de trabajo, me regaló un libro que había andado buscando, pero que estaba agotado en las librerías: “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes”, escrito por Elena Favilli y Francesca Cavallo, emprendedora mediática y directora de teatro, respectivamente, ambas escritoras de más de 5 libros. Fundadoras de “Timbuktu Labs”, un laboratorio de innovación de medios de comunicación infantil; el enfoque del libro es una invitación a creer en nosotras, a conocer la historia de más de 100 mujeres que desde sus circunstancias, lograron construir una historia de vida intencional a la que presentan como un cuento de hadas con logros humanos, de mujeres reales.

Pero desde que empecé a leerlo, me llama la atención el título, y me pregunto: ¿Qué tan rebeldes fueron esas mujeres al decidir ir por sus sueños y cumplir sus anhelos? Solo porque sus sociedades no se los permitían, porque les tocó irse contra el mundo para ser felices y triunfar desde su convicción más profunda. Será que desde niñas venimos apostando a ser una revolución para conseguir lo que nos proponemos, traeremos con nosotras el chip de la rebeldía. Y entonces, ¿Qué es lo que nos hace rebeldes? Ser diferentes, saber decir no, evitar que nos controlen, tener criterio propio, cuestionar la imposición, poner límites, que no permitamos los juicios o críticas de la gente, que seamos intolerantes ante el irrespeto, que luchemos por lo que queremos, creer en nosotras mismas… ¿es esto lo que nos hace rebeldes ante la sociedad?

Recuerdo, que de adolescente, cuando no hacía lo que mis padres me orientaban, a pesar de dar mi “por qué no lo hacía”, mi papá me enviaba al diccionario, me pedía que buscara 2 palabras: “dócil” y “obediencia”; Reconozco, que en el proceso de mi vida, acompañado de mi crecimiento personal, vino también el cambio de visión de mi papá, pues ahora se enorgullece de mis logros, diciéndome “sos una fiera Lyhelita”, incluso en esos momentos en los que no he sido dócil o en los que he sido desobediente, por defender y respetar mis principios, por aplicar mi propio criterio y compartir esa manera única de ver el mundo.

Debo reconocer que he sido una niña rebelde, muy educada, nada convencional, fuera de lo normal, debe haber sido difícil para mis padres, pero agradezco la convicción en silencio, que -desde siempre- he tenido conmigo misma, para seguir en esa guerra interna de ser, quien yo quiero ser, antes de ser lo que los demás esperan que sea.

¡Feliz –todos los días- de la Mujer!

 

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¡Construyendo equipos ganadores!

por Lyhelis julio 4, 2018
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S

on las nueve de la mañana de un lunes, recibo la llamada de un amigo, compañero de estudios y colega de profesión en temas de Responsabilidad Social, en los primeros minutos de la llamada, nos ponemos al día con la situación familiar y los menesteres diarios, hasta que llegamos al objetivo de la llamada: tiene un equipo técnico operativo bajo su cargo, la empresa vive situaciones de cambio interno y desean invertir en capital humano.

Su nueva estrategia de comunicación indica que el sentido de pertenencia e identifidad con su rol es vital, pues deberán ser la cara de la empresa y convertirse en un verdadero agente de cambio que impulse con pasión esta nueva política; de ellos dependerá el éxito de la campaña, si no la sienten, no podrán transmitirla a los actores en su entorno. Como todo en la vida, en ocasiones no es el mensaje, sino la forma en la que lo transmitimos.

Cuando hablamos de preparar sesiones de trabajo intensivas, con poco tiempo para la ejecución, donde el mensaje del cliente es muy claro: “necesito estimular a mi equipo, que asuman la importancia de su rol, que crean en ellos mismos”, el reto es mayor y más enriquecedor, porque no vas a tientas, podés planificar de acuerdo a la necesidad planteada, con objetivos específicos y resultados esperado, calando en su vida personal y en su interacción como equipo, incidiendo en su transformación hacia un equipo ganador, identificando competencias y sugiriendo al final algunas recomendaciones en pro de su mejora continua.

La sinérgia entre los miembros del equipo debe fluir: la identificación de sus competencias, la integración del talento, la comunicación asertiva y el entendimiento entre las partes, el compromiso y la responsabilidad de sus miembros, la motivación y autogestión, el liderazgo transformacional y confianza, son cualidades que deben ser fundamentales al momento de definir estrategias de fortalecimiento de los equipos. Recordemos que la oficina es nuestro segundo hogar, pasamos con las y los colegas más tiempo que con otros seres humanos, es relevante mantener la armonía, promover ambientes laborales agradables y estimular la participación activa de todos y todas.

En gran medida el éxito de un equipo, radica en la actitud personal y la habilidad de liderazgo, mientras más asertividad aplique en sus orientaciones, guías o disposiciones, mejores resultados traerá de sus colaboradores, lo que provocará mayor satisfacción y mejora en el clima organizacional. Díganme si no les ha pasado al menos una vez en su vida, en la que no quieren salir de su cama, por cansancio o estrés, pero que su motivación termina siendo salir de la casa, para ir a distraerse con el trabajo o los colegas de oficina. Que todos apostaramos a tener éste tipo de estímulo entre nuestros colaboradores.

Existe una certificación internacional llamada “Great Place To Work”, que en español significa: “El Mejor Lugar Para Trabajar”, tiene métricas con indicadores de gestión, una de ellas es la “encuesta de clima”, en el que se evalúan las relaciones con tus superiores inmediatos, cada colaborador debe responder con honestidad el cuestionario, asignándole un valor numérico a su percepción sobre su centro de trabajo. Los resultados son sorprendentes, lográs identificar tus oportunidades de mejora y establecer estrategias para aportar en la mejoría de ese foco de atención.

En la actualidad perdemos el enfoque, y en vez de apostar por equipos ganadores, preferimos impulsar la competencia interna entre nuestros colaboradores; esto es una tema de metodologías, valdría la pena analizar si en temas de productividad realmente funciona como un estímulo o como un depresor de la motivación, el generar presión en el ambiente laboral es una bomba de tiempo. Soy de la opinión que es preferible la aplicación de formatos o metodologías más estándares, indicadores claves de rendimiento, en los que cada colaborador sepa qué se espera de él o ella, y cuáles serán las herramientas de medición que les aplicarán, para que las y los colaboradores conozcan los resultados que deben presentar.

Los equipos son el motor de cualquier empresa, mientras más motivados, mejor funcionará el engranaje organizacional.

 

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¡Ser coherente es un arte!

por Lyhelis julio 4, 2018
escrito por Lyhelis

A

ntes de empezar a escribir, incluso, mucho antes de pensar en tener un espacio como columnista en un diario de circulación internacional, siempre me cuestionaba esto de aconsejar o aleccionar a los demás, es que me ha parecido un acto altamente arriesgado, porque no siempre nuestras opiniones son lo que los demás necesitan. Hoy por hoy, soy más del pensar que muy dentro de todos los seres humanos, hay una vocecita que nos dice que es lo que deberíamos hacer en pro de nuestro bienestar personal. Solo que no siempre queremos escucharle.

Llevo varios meses, en los que antes de escribir algo, mi consciencia no me deja pasar nada sin antes pasarlo por el filtro de la coherencia, es decir, si hablo de amor propio, pues siento una gran necesidad de amarme a mí misma primero, si escribo sobre planificar, visualizar, soñar, pues en primer lugar debo haberlos implementado en mi vida o tener en realidad una experiencia qué compartirles. Eso le da sentido e intencionalidad al escribir.

Y es que la coherencia es un valor que quisiera seguir viviendo, es lo que le da lógica, igual de importante que el sentido común; al final, esto hace que mantenga mi profesión, sin chocar con mi estilo de vida. Es todo un reto, nadie dijo que ser coherente era fácil, pero vale la pena.

La coherencia es como la consciencia, mucho hablamos de ella, la usamos en hagtags citándola en redes sociales, pero cuando nos habla, en esos momentos de silencio personal, de interiorización, de pronto es muy real, muy cruda y nos deja ir el golpe de la verdad, directamente a la frente, como para que reaccionemos.

Mantenerte en equilibrio es una obra de arte, pienso lo mismo de la coherencia; Hace nos días una de mis amigas más cercana me comentó sobre un video que vio en facebook sobre Gandhi, la historia iba algo así: “Una mujer tenía a su hijo y le insistía que dejara de consumir azúcar, que era mala para su salud, pero por más que se lo decía, el niño no dejaba de consumirla. Ella decidió llevarlo a ver a Gandhi y en una de sus intervenciones le pidió que le dijera a su hijo que suspendiera el consumo; Gandhi le dijo que no podía hacer eso, pero que regresara en un mes con el niño, por favor; ella se enojó mucho, pero con fe ciega, volvió al mes donde el gurú. En ese momento compartieron una tasa de te y él pudo decirle a la criatura que dejara de consumir azúcar, que no le iba a hacer falta, que era lo mejor para su salud. Al final, la admiradora le pregunta a Gandhi que para qué le hizo esperar un mes, él humilde le respondió: “en aquel momento aún consumía azúcar, necesitaba dejarla para poder ayudarle”. ¿Coherente, no?

A ver, y me atrevo a consultarte: ¿Haz pensado cuantas veces regañas a tus hijos(as) para que dejen de gritar? Y les corregís subiendo la vos. ¿Cuántas veces le has aconsejado a un amigo que le baje a la bebida? Y usualmente te excedés en el consumo. O en esos casos en los que deseas motivar a tus colaboradores, pero vos llegás con la carota a la oficina. Y es que vemos la incoherencia sin sorprendernos, por ejemplo: tenemos la responsabilidad de conducir un automóvil, poniendo toda nuestra atención, pero tomamos nuestro celular para chequear el mensaje que acaba de entrar. Debemos tomar el tratamiento que se nos asignó para mejorar nuestra salud, pero se nos olvida, no lo seguimos, así ¿Cómo sanamos? ¿Cómo somos coherentes sobre lo que queremos y como actuamos?

Siento que vivimos disasociados, pensamos una cosa (misma que alimentamos constantemente), pero sentimos otra, queremos una diferente a la que pensamos y sentimos, y lo peor terminamos diciendo una muy alejada de las demás. Es algo así como: ya no quiero estar con él, pero siento que le amo y deseo que me busque; o como me miraría divina con unas cuantas libras menos, pero no respetamos nuestros tiempos de comida y llegamos con las completas al almuerzo, muriendo de hambre, por lo que comemos cualquier cosa para llenarnos, no para alimentarnos, por ende, no aportamos a la causa de ese deseo personal de perder un par de libritas.

Desde mi punto de vista, una buena forma de sanarnos, en cuerpo, alma y espíritu, es siendo un poco más coherentes con lo que deseamos, sentimos, pensamos, actuamos y amamos. Yo lo intento todos los días, la idea es mantener claro el objetivo, a pesar de caer en ocasiones en ciertas incoherencias. Pensemos que la coherencia viene de la mano del ejemplo. ¡Cualquier día es bueno para empezar!

 

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Preguntas básicas sobre el amor y la amistad

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

E

l mundo va, de manera acelerada, cambiando sin pedirnos permiso, cambios: culturales, sociales, económicos, digitales, políticos, es decir, ningún área de desarrollo se queda fuera de éste proceso evolutivo. Es importante mantener el enfoque y en la mayoría de los casos necesitamos cultivar nuestras habilidades blandas, es decir, adaptación a los cambios, cultivar la comunicación asertiva, la proactividad, la aceptación del entorno, la creatividad, el compromiso, la honestidad, entre otras cualidades que nos brindan balance y equilibrio a diario.

Estas circunstancias de cambio, nos empujan a vivir una revolución, de la que en ocasiones no nos damos ni cuenta. Tenemos acceso a nuevas tecnologías, a nuevas formas de comunicación, a herramientas más sofisticadas para lograr nuestros objetivos; y esto a su vez nos conecta con un mundo de opciones para relacionarnos con otros y otras, para encontrar socios laborales, para conocer nuevas amistades y por qué no, hasta para encontrar el amor. Y es que en el amor, no hay muchas reglas, cada pareja establece sus límites y formas de relacionarse.

Todos hemos escuchado, visto o vivido verdaderas historias de amor, pero no todos tenemos la misma suerte, de pronto elegimos mal, andamos atrofiado el radar y atraemos seres humanos que tienen características que necesitamos trabajar en nosotros(as) mismos(as), pero lo deseamos perfeccionar en ellos o con ellos. Como si fuesemos salvadores de la humanidad, o en específico, de nuestras parejas amorosas. Justo el año pasado publiqué en las redes de “Vida Socialmente Responsable”, un post sobre “relaciones espejo”; y es que mientras más nos inquiete la conducta de nuestra pareja, más debemos ver hacia adentro, para mejorar esa reacción de molestia. Llegado el momento, si no nos sentimos satisfechos debemos tomar decisiones personales respecto a lo qué –y con quién- lo queremos.

Sin embargo, con tantos estímulos y formas de evadir las cosas importantes, terminamos cayendo en la trampa de la inmediatez, el yaísmo, los jueguitos de poder, las clasificaciones, la deshonestidad, en fin… distorcionamos el objetivo primordial de las relaciones amorosas y adaptamos las amistades a nuestros intereses. ¿Les suena familiar? Yo me ponía a pensar, ¿Qué se puede hacer para saber si vamos por el camino más sano en una relación? Sea del tipo que sea, a distancia, en línea, de convivencia, sexual, de matrimonio o en etapa de noviazgo. Les soy honesta, la primera cosa que se me ocurrió al pensar en esa pregunta fue, evaluar cuan sana es mi relación conmigo misma. ¿Tiene sentido para Ustedes? Me hizo pensar nuevamente en las “relaciones espejo”… ji ji ji… ¡en donde la imagen frente a ese espejo fuese la mía!

Pero en realidad, las relaciones son como un proyecto, y como todo proyecto requieren tiempo. ¿Quiéres comprar tu auto o una casa? ¿Buscas un nuevo trabajo? ¿Quieren quedar embarazados? ¿Van a hacer un viaje? ¿O una mudanza? ¿Quiéres tener pareja?

La verdad es que se debe planificar; y evaluar algunos aspectos que quizás nos sea útil, como el físico, espiritual, sentimental y/o mental; es decir, qué nos genera cuando pensamos en eso que deseamos. Aquí te comparto algunas preguntas que te pueden encaminar:

1.    ¿Sos feliz con tu estilo de vida? Yo llevo 1 año aproximadamente tratándome como si fuese mi propio novio, me mimo, me atiendo, me hablo bonito, es decir, me doy todo lo que desearía de un compañero de vida. Y me encanta, es como un experimento de amor propio.

2.    ¿Qué tipo de relación deseas? ¡Esto es importante! Va a facilitarte muchísimo las cosas. Sé honesto(a), si solo querés probar, no le hagas perder el tiempo a esa tercera persona; si solo querés sexo, pues es más sencillo pedirlo que manipularlo; si querés una relación más seria, es relevante que ambos esten en la misma página, porque de lo contrario será tiempo compartido, pero no florecerá hacia donde lo pensás.

Y si ya estás en una relación, considero oportuno responderte las preguntas 1 y 2, de esa manera quizás consigás conectar mejor con tu Yo interno, ser más coherente con el tipo de vida que llevás, con lo que sentís, pensás y como actuas. En ocasiones esperamos que las parejas llenen nuestros vacíos, cuando en realidad esa es solo nuestras responsabilidad.

Y sin ánimos de sonarte obsesiva compulsiva con tanta pregunta, quizás necesités responderte un par de cositas más:

3.    ¿Qué quiero obtener de una relación? Sea de amistad o de amor.

4.    ¿Qué estas dispuesto a entregar al entrar a una relación? Por que es inevitable, tendrás que entregar tiempo, atención, escucha, cariño, invertir dinero, compartir tu espacio, tu templo. En serio, ¡tenés que pensar en esto!

5.    ¿Cuál es el mínimo no negociable en una relación? Este ha sido el parámetro más importante para mí, por que en ocasiones el enamoramiento o la pasión nos nublan. Pero si sabemos qué queremos y qué cosas no son tolerables, estaremos más seguras(os) al tomar una decisión para toda la vida.

Decidir tener o no una relación, de pareja o de amistad, es un acto de amor en primer lugar hacia uno mismo. Date un chance antes de decidir.

¡Feliz –todos los días- del amor y la amistad!

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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La columna especial de Lyhelis Torres: ¡Siempre estamos a tiempo!

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

H

as escuchado alguna vez que hay palabras que no deberíamos utilizar, porque son pesadas, llevan consigo una carga emocional que no siempre le hacen justicia al entorno o a quien se las aplicamos; Me refiero a palabaras como: “todo”, “siempre”, “nunca”, “nada”. Sin embargo, soy del pensar que podemos aplicar la excepción a la regla, cuantas veces sean necesarias, así que, si sentís que has dejado pasar el tiempo, si aún no logras esa meta que llevás posponiendo, si te estás cuestionando qué has hecho estos últimos años de tu vida, dejame decirte que “nunca es tarde” y mejor aún: “siempre estamos a tiempo”.

Y es que en la vida, todo es un hermoso sueño de una noche de verano, solo que en algunos momentos hay ciertos temporales, en donde perdemos lo soleado por unas hermosas nubecitas grises, esto de la vida es como escribir sobre renglones torcidos, uno proyecta y planifica, y llegado el momento todo puede dar un giro inesperado y salir mejor de lo planeado. Pero, no siempre la situación es tan acertada, en ocasiones de plano tenemos que pensar en nuevas estrategias y cambiar el enfoque. ¡Tranquilos, siempre estamos a tiempo de hacer cualquier cambio que deseemos!

Si las cosas no van resultando en el negocio a como nos planteamos (que es lo común), siempre podemos analizar la situación, pedir ayuda y girar el timón hacia otra dirección. Diversificar el portafolio de servicios puede ser una excelente opción, apostar por una marca personal más profesional siempre es un ganar seguro, contratar capital humano, investigar tu mercado potencial podría darte insumos para la toma de decisiones, a lo que quiero llegar es, nunca es tarde para reevaluar, no se necesitan crisis para hacer cambios, ese no siempre debe ser el motivo de la transformación.

Todo es posible, siempre y cuando reconozcamos la realidad en la que estamos, las ideas puden ser espectaculares, pero si no logras aterrizar en el contexto en el que queres desarrollarlas, puede que te cueste un poco más llegar a la meta. Y esto no es un artículo sobre optimismo compulsivo, es solo un recordatorio de que nuestra vida es el resutado de nuestras decisiones personales, de nuestras acciones,  o incluso, de nuestras reacciones.

Aprendamos a terapearnos, no esperemos que nadie venga a decirnos de lo que somos capaces, soltemos esos temas que nos abrazan, sin que les hayamos dado permiso. ¿Querés vivir diferente? ¡Actuá diferente! ¿Querés sentirte diferente? ¡Tratate diferente! Así cuando sintás que no estés llegando a la meta o recibís comentarios inoportunos de terceros(as), autogestionate recordando que “siempre estas a tiempo”, quizás la vida te está dando la oportunidad de madurar, de fortalecer tus habilidades e instalar capacidades a nivel personal que aún no has podido lograr.

Mantené claro tu objetivo, hace lo que te corresponda, lo demás vendrá por sí solo. ¡Dejá que fluya!

 

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¡Paz para el Mundo!

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

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sto no es el horóscopo de la semana, ni por cerca soy una concursante de belleza con sentimientos altruistas en pro de la paz mundial, sin embargo, ni uno, ni el otro, están alejados de esa búsqueda de ideales superiores en pro del bienestar común. No hay línea intermedia cuando el objetivo es una máxima como la paz.

Estamos acostumbrados a ridiculizar este tipo de expresiones, siento que quizás es porque las vemos tan “inalcanzables” y proyectadas a universos paralelos, que se nos hace imposible pensar en el logro de una meta como esta. Y es que, seguimos pensando que valores como la paz, la felicidad, el bien común, la estabilidad y otras garantías básicas para una vida próspera, son responsabilidad de terceros, sin asumir la obligación de hacer valer el derecho a la búsqueda de esa paz, felicidad o bien común dentro de nosotros(as) mismos(as).

No está de más, darle una miradita a nuestro entorno; ¡A ver si coinciden conmigo! A diario veo conductores furiosos, con la mano izquierda hacen señas fuera del auto y con la derecha toman el volante, mientras sostienen una conversación acalorada por su celular. Peliando por espacios, sin importar las líneas continuas. O, cuando en la mesa del lado en el café, suben el tono de la voz. O los hijos, que no saben lidiar con los problemas de salud y la vejéz de su madre, reaccionando sin pensar. O la pareja en la fila del cine, haciéndose miradas con alto contenido emocional, de ese que quema y frustra por dentro. O el papá, que sufre un berrinche de su menor hijo, sin saber lidiar con la situación y las miradas hostiles de su entorno (quienes por cierto, olvidamos que algún día fuimos niños(as)).

Ustedes disculpen, es qu podría seguir dando ejemplos, en diferentes espacios físicos, en los que se refleja la falta de paz interior, la deficiencia de balance, la lucha entre la armonía del dejar fluir y la obsesión del control por todo lo que humanamente es incontrolable. Solo porque eso nos da “tranquilidad”, “tenerlos todo bajo control”.

A ver si vamos abriendo los ojos y nos damos cuenta que esa búsqueda de paz para hacerle bien al mundo, debe empezar en nosotros, desde la pregunta básica de: ¿Por qué me enojo por eso? ¿Qué onda con esa reacción? ¿Cómo puedo evitar enrollarme en el enojo ajeno? La idea es no alimentar ese sentimiento que nos drena, que hiere, que nos quita más de un suspiro, porque nos frustra perder la paz. Señores y Señoras, respiremos por favor, abstraigámonos del foco de problema, tomemos distancia y evitemos involucrarnos en la vorágine de emociones de ese ser humano falto de paz.

La paz es más que un valor personal, es un modelo de vida, es una prioridad. Hágase el favor de alimentarla, de cuidarla como cuida su apariencia física, su estado de ánimo es el mejor amigo de la paz, son quienes le brindan tranquilidad y estabilidad, incluso en esos momentos en los que Usted debe actuar con prisa en busca de soluciones trascendentales para su vida o su entorno, familiar o profesional. Conviertalo en un estilo de vida, más sosegado, más relajado y calmo, más en armonía.

Hay quienes sugieren que abrazar un árbol alimenta la sabia interna, recargamos energía, conectamos con la madre naturaleza; ¡Quizás esa sea la clave! Sea honesto(a) con Usted, conózcase, póngase atención, identifique ¿qué le saca de sus “casillas”?; Si es la actitud de un tercero, deténgase un momentito antes de emitir un duro juicio, analice qué de esa actitud es algo que Usted también realiza… Quizás pueda cambiarla en Usted para tolerarla en los demás.

Mi humilde consejo: ¡Por favor, evite reaccionar! Créame, sus palabras o lenguaje corporal pueden herir más de lo que Usted imagina. Empezando por Usted mismo, pues quien genera esa emoción es su propio ser.

Saludos mis queridos y queridas lectoras; ¡PAZ!

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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Diario METRO

¿Podemos ser amigos?

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

C

uánto más lo pienso, más me convenzo que uno puede ser lo que quiera ser, sin peros, siempre y cuando tengas consciencia de lo que deseas. Cuántas veces te has preguntado si podés ser amiga de un chavalo, o de una chavala, sin necesidad de que existan otro tipo de intereses, más que una desinteresada amistad.

He tenido la oportunidad de conocer mucha gente, hombre y mujeres, pero el género en esta materia es muy relevante, de ahí mi pregunta en el título: ¿Podemos ser amigos? Y yo sé que me van a decir que “no”, que “los hombre y las mujeres nacieron para atraerse y procrearse”, “que es difícil no enredar las cosas”, “uno de los dos siempre se sale enredando”, que la “carne es la carne”, entre otros, y está bien, esta es su opinión. A como también, he recibido otras muchas que me expresan “claro que sí”, “los seres humanos no solo somos sexo, necesitamos afectos”, “es bueno tener una amistad del sexo opuesto, porque tendrás una visión diferente de cualquier cosa”.

Y si se hubiera construido la relación, de tal manera, que ambos estan claros de sus limitaciones, hay honestidad, mucho compartir, respeto y admiración, cada uno en esa relación de amistad deciden que no desean entablar relaciones de pareja con nadie, ni entre sí, porque hay muchas razones para un no, sobretodo si se viven etapas de crecimiento muy diferentes, que no hay atracción física, que se ha creado una complicidad que permite hablar de todo y un poco más; ¿Creen que esto es una utopía? O realmente creen en las relaciones de amistad con transparencia.

Yo siempre he sido medio romanticona, algo ingenua en temas de relaciones de pareja, quizás ahora lo que me ayuda a evitar este tipo de “experiencias” es que tengo los sentidos abiertos y estoy clara de mis límites, hasta dónde quiero y me permito llegar, así mismo hasta dónde quiero y permito que un tercero llegue en mi vida, entre en mis espacios, porque al final es una decisión personal. Y precisamente, como es una decisión personal, es obvio que yo deberé tener consciencia de mi realidad, de mis ganas, de mis anhelos, para no perder o hacerle perder el tiempo a alguien más.

Y aquí es dónde viene llegando la respuesta a esa pregunta, pienso que “sí, pero no”, a ver: Sí podemos ser amigos, pero no te vayas a enredar; Sí podemos compartir juntos, pero evitemos los apegos; Sí podemos ser amigos, pero no va a ocurrir si no nos respetamos, si nos vemos con morbo o si tenemos intenciones diferentes a ser amigos. Y es que ser “amigos” siento es más complejo de lo que parece, pero nadie toca éstos temas y asumimos que una o un “buen conocido” es una amistad real. Para escribir este artículo me puse a pensar a qué amigos(as) llamaría el día que tenga un problemón, o cuando ande necesidad de hablar o de recibir atenta escucha, a quién le contaría sobre la enfermedad de un familiar o sobre problemas de dinero, realmente debe ser muy buen amigo para llegar a ese nivel de confianza.

Y estoy segura que aún en ese momento, si tuviera que llamar a una amistad, estaría clarísima que lo más sano es saber que ese ser humano tiene todo el derecho a no responder al llamado, a decirme no puedo o a simplemente a no querer. La amistad también lleva consigo aceptación sin reacción, quizás eso es lo más valioso, llegar a este nivel.

Y Vos, ¿Crees que podemos ser amigos?

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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Diario METRO

Detalles que marcan la diferencia

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

E

s imposible negar que la vida esta llena de detalles, desde lo más pequeño hasta lo más grande, los detalles suelen ser gestos significativos, que nos regalan terceros o nosotros mismos, que marcan en nuestra vida una muestra de aprecio o de amabilidad.

Desde un saludo hasta una “salvada”, los detalles pueden venir en diferentes presentaciones, de quien menos los esperamos, pueden costar dinero o salir gratis, en realidad los detalles que usualmente marcan más la diferencia, suelen ser gestos sin valor económico, hasta que llegan a representar algo para uno, y es una, quien le asigna un valor.

En ocasiones es un abrazo desinteresado, una puesta de sol, un momento de soledad, en otros momentos puede ser un mensaje de texto, en algunas ocasiones será un obsequio, la verdad es que mientras más necesitemos de algo, tangible o intangible, más valor le asignaremos en la escala de los detalles. Pues más importante será para nosotros.

¿Has escuchado eso de que “el mejor regalo es aquel que esa persona no se compraría así misma”? ¿O aquel otro que dice: “lo importante es la intención”? Pues sí, es más lindo un solo clavel, entregado de sorpresa, con una nota hecha a mano; que un ramo de claveles enviado con el mensajero y una nota teipiada por el recepcionista de la florería, elegidas por su secretaria (y no le resto méritos a esos detalles), pero todo es más lindo cuando trae consigo un involucramiento personal.

En navidad yo insistía cada vez que podía, en darle el valor “real” y “objetivo” a las cosas; y publiqué en la página web de Vida Socialmente Responsable el siguiente mensaje: “No es el costo del 🎁, es cuanto pensaste en esa persona a la que querés sorprender… No es el 👗 que estrenas, son los valores con los que aceptás vestir. No son las fiestas… 🎄🎉 …sino lo que representan para tu corazón… la navidad sos Vos, cuando decidís reinventarte y volver a nacer en vida. Date la oportunidad, con consciencia y responsabilidad…”.

Te imaginás el detallazo que sería que te regalaras una mejor versión de vos misma(o), hoy, sin esperar que alguien más venga y tenga el detalle de hacerlo por vos. Que esos detalles, desde mi acera, son los más lindos y valiosos. Los que uno tiene consigo mismo.

En estos tiempos, de superficialidades, en los que a veces prima mas lo material, es una maravilla encontrar gente  amorosa, humana que vive con equilibrio, que es feliz porque sí y que ama a otros, como se ama a sí mismo(a); dando calidad al mundo, sin tanto drama o frustración, porque es su decisión darle un color diferente a su vida, llenándola de pequeños detalles.

Cuantas veces al día, tenemos la oportunidad de estar en silencio, con nosotros mismos, y lo que viene a la mente son las preocupaciones, los miedos, los clavos… en vez de ocupar ese espacio de tiempo para agradecer, para sonreírte, para brindarte un abrazo o para reconocer la abundancia de todo lo que te rodea. Esos son los pequeños detalles que marcan la diferencia.

¿Haz analizado los detalles, que a diario, le das a tu vida?

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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