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Planificar es la clave

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

E

sto no tiene nada que ver con que, si el año finalizó o recién empieza, esto tiene más que ver con lo que soñamos y cuándo queremos que se cumpla, planificar es una excelente manera de lograr las metas, sin exponernos o presionarnos. Es cuestión de decidir, ser constante y cumplir con lo que has acordado contigo mismo.

Usualmente las metas traen consigo inversiones, dinero, tiempo, análisis de las oportunidades; es decir, necesitas tener información para evaluar con certeza, de lo contrario solo estás alimentando la especulación. Ejercicio que estimula tu mente, pero que no te lleva a cumplir tus metas.

Puedes tomar lápiz y papel, o bien abrir un Excel en tu computadora, y armar el siguiente cuadro:

No.

SUEÑO/META

¿QUÉ DEBO HACER?

¡DEBO EVITAR!

INVERSIÓN

1

CuidarME

Alimentarme sanamente

Comer chanchaditas

Atención

Hacer ejercicio (30min diario)

Procrastinación

Tiempo

Ir a la terapia 1 vez al mes

Gastar en lo que no suma

C$500.00

Bailar (1 vez por semana)

Desvelarme en la semana

Atención

2

Posicionar mi empresa

Definir plan estratégico 2018

Desviarme del norte

Atención

Dar seguimiento a clientes

Sentir miedo

Atención

Atraer nuevos clientes

Perder tiempo

…

3

…y así, a continuación!

 Vos sos dueño(a) de tus metas y responsable de cumplirlas. Si planificás será mucho más fácil saber cómo lograrlas. Recuerdas que dentro de las preguntas poderosas están el ¿Cómo? y el ¿Para qué? No lo pierdas de vista, el preguntarte cómo lograrlo, te acercará muchísimo más a tu objetivo. Y el para qué te ayudará a recordar tu propósito y mantenerte requete enfocado(a).

Sé que si lo pensamos, esto de hacer tablas y ponernos a pensar cómo lograr el objetivo puede tomarnos tiempo, pero será el mejor tiempo invertido. Quizás te ayude el elegir un ambiente agradable para instalarte a soñar. Preparate un cafecito, o bien, un tecito caliente. Tal cual fueses a escribir el mejor capítulo de tu vida. La idea es estimular la imaginación y activar tu radar para que tu sueño tenga tanta fuerza como sea posible.

Si no sos mucho de tablas, enfocate emocionalmente en tus propósitos, la tabla es solo un medio para tener claro tu panorama. Planificar es todo un arte, podrías tomar una hoja de papel y hacer un diagrama o un flujo de procesos, algo que de forma artesanal te muestre visualmente hacia dónde vas.

Yo suelo ver mi vida por “departamentos”, personales y sociales, así pues entre los personales tengo el departamento académico, el psicológico, el espiritual, el financiero, el físico; en lo social, tengo el departamento laboral, familiar, de amistades, de socios, entre otros. Si tenés varias oportunidades de mejora identificadas, podrías ordenarles por prioridades en tu vida, ¿Cuál departamento requiere atención con urgencia?

Escuchate, prestá atención a tu cuerpo, a esas ideas recurrentes, busca en Google lo que te tenga intrigada(o), pedí consejos y escribí, que un hombre al que tuve el honor de conocer en sus últimos meses de vida solía decir: “es mejor confiar en la tinta más pálida, que en la memoria más brillante”.

Rayado el cuadro, podes empezar a actuar, con firmeza y seguridad. Ánimos en éste proceso creativo. ¡Que disfrutes!

 

febrero 16, 2018 1 comentario
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2018: ¡Mío, Tuyo, Nuestro!

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

L

uego de que en el último artículo del año pasado les hiciera una breve reseña de ganancias y pérdidas, dentro de tantas experiencias vividas, la mejor lección del 2017 -contra todo pronóstico-, fue dejar ese “yo” que todo lo sabe, el insistente y algo controlador, dejar esa Lyhelis por una versión más amigable conmigo misma; y en ese proceso de interiorización, con algunos tropiezos, logré la adopción de un “yo” con más equilibrio y armonía, más plena y muchísimo más feliz. A vos, ¿Qué tal te fue en 2017? ¿Qué tal inicias tu 2018? ¿Ya lo hiciste tuyo?

En lo personal trabajé la lista de intenciones el año pasado, pero aún ando en un “viaje exploratorio”, con los ojos pelados, observando, valorando opciones, abierta a nuevas colaboraciones laborales, quizás este año vuelva a despertar a mi lado estudiantil y regrese a la academia, honestamente a 3 días de iniciar el año, aun no lo tengo decido. Y en esta ocasión, confío plenamente, en que mi consciencia hará su trabajo en conexión con la fuerza del Universo, para seguir conspirando.

Todo lo que he recibido hasta ahora, incluso cuando lo recibido es un adiós que ha dejado un vacío, lo agradezco, porque me ha dejado espacio para lo que llegó después. 2018 no puede ser la excepción, necesitamos proyectar sobre lo que deseamos vivir, visualizar donde queremos vernos, qué deseamos lograr, soñar en grande que eso sale bien barato. Y por favor, enfocarnos, para mantener clara esa idea en nuestra mente y que la misma funcione como un radar, que genera una onda de sonido a nuestro rededor, que expande nuestro deseo al Universo.

Quizás ayude una pizarrita de intenciones, un cuadernito con la descripción de esos deseos, una cartulina donde peguemos imágenes de lo que soñamos, o asignar una pared de tu cuarto o de tu sala para escribir palabras claves, de esas que serían tus mejores aliadas: “abundancia”, “pasión”, “amor”, “humanismo”, “equilibrio”, “autocompasión”, “gestión personal”, “respiro”, “exhalo”, “creatividad”, “estabilidad”, “felicidad”, “colaboración”, “lealtad”, “madurez” o “salud”, entre otras que pueden gestionar tu bienestar y crecimiento.

Ningún esfuerzo es en vano, cuando es en pro de ordenar tus ideas y esclarecer el panorama de hacia dónde vas o qué deseas vivir; ¿Has tomado en consideración el ritmo de vida que quieres llevar? Porque hasta hace unas semanas eran unas correderas de locura, el tráfico intransitable, las tiendas abarrotadas y las publicaciones en redes sociales un desborde de cansancio y felicitaciones, es decir, una mezcla de emociones y sensibilidad a flor de piel.

Espero hayas podido descansar, pasar tiempo contigo misma(o), abrazarte un poco, disfrutar de tiempo entre amigos y familia. Que las prisas hayan abandonado tu cuerpo, que los excesos materiales hayan perdido un poco de importancia y que encontraras en una sonrisa el mejor refugio para pasar las fiestas.

Pido por vos y los tuyos, por tus sueños, por tu plenitud y equilibrio. Te invito a hacer tuyo este año, vívelo, gózalo, sal y cómete el mundo, que hoy es tu momento. Bienvenido el 2018. Bienvenida la revolución de un nuevo año, lleno de nuevas oportunidades de mejora y encuentro personal. Bienvenida nuestra nueva versión.

Abre los brazos y da las gracias por lo que tienes; y acostúmbrate a la abundancia, porque con tu agradecimiento atraes más cosas buenas. ¡Esto está que empieza!

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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A once días de cerrar el año 2017

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

E

stos días han estado de locos, es como si quisieramos dejar terminado todos los pendientes antes de que termine el año, nos angustia la idea de pensar que empezaremos el año con cosas por hacer, o peor aún, que saldremos de vacaciones dejando cosas a medias… y ahí, nos entra el frenecí, la agitación, el acelere por dejar todo listo; ¿Listo para qué? ¿Alguien me puede explicar? En algún lugar de nuestra psiquis, se formó la idea de que la vida se acaba con el año viejo, que las oportunidades caducan justo el día que dejamos la oficina, pero ¿De dónde sacamos eso?

Vaya que los seres humanos somos algo “intensos”, son muchos quienes usamos el trabajo bajo presión para lograr los objetivos que nos planteamos, sin darnos cuenta, que fuimos nosotros quienes nos establecimos esas metas, por ende, somos nosotros mismos quienes podemos replantearlas una vez más. ¿O no? Yo soy la única dueña de mis intenciones, por ende, las cambio y me adecúo al tiempo que tengo y a la disposición mental que me acompaña.

La sobrecarga laborar que he escuchado de amistades, el tiempo que va como volando, los mandados y el “hermoso” tráfico que nos espera a la salida del “refugio”, -la oficina-, es impensable.

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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Por relaciones más sanas, adiós al drama

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

E

n mis primeros años, según describe mi Abue, era una niña muy tierna y sociable, a la que sentaban en una mini mecedora en el porche para decir: “ayó” (adiós) a quien pasara frente a la casa, levantando su manito y moviéndola de arriba abajo con gesto de cariño. Sin embargo, y aunque Usted no lo crea, al entrar al colegio, Lyhelis se convirtió en una niña introvertida, que era muy grande para la edad que tenía, que sufría de bullying por sus alergias en la piel y a la que sus compañeritos apodaban de muchas formas nada agradables. Ya desde ahí, puedo confesarles, que el tema de las relaciones no eran del todo maravilloso. A eso, hay que sumarle, que como la mayor de 3 hermanas mujeres, siempre hubo más presión familiar, porque era yo quien debía “dar el ejemplo”.

Ya en la etapa de joven adulta, tuve la oportunidad de vivir relaciones más serias, en diversos departamentos de la vida: laboral, académico, de pareja, en familia y en otros espacios extra curriculares, y realmente tuve que reinventarme, lo que vino a ampliar mi experiencia de vida. Y es que cada ser humano que conocés tiene algo que aportar, una experiencia, una sonrisa, una opinión, al fin y al cabo, te guste o no, vos elegirás cuanto dura esa relación. ¡Oh sí!, eso también lo entendí en el camino, es uno(a) quien le otorga un espacio a esa otra persona, por ende, es uno quien también selecciona con quien desea compartir.

Y he aquí, cuando las relaciones comienzan a tener valor consciente para uno. Es decir, si yo te dejo entrar y te doy muestras de interés (sin importar el contexto), empiezo a ponerte atención, a construir confianza, a comunicarme con complicidad. Es ahí dónde usualmente, empezamos a jugar roles, el de la amiga “incondicional”,  el de la hija “perfecta”, el de la pareja “amorosa”, el de la profesional “entregada”… y uso comillas en esas palabras, por que son para mí simples adjetivos calificativos que solemos usar para darle más valor a algo que en sí mismo ya está dotado de valor: ¡El Ser, Humano!

En éste juego de roles, perdemos un poco la identidad, y en ocasiones, entramos a lo que en psicología se llama “el triángulo dramático” que describe la forma en la que nos relacionarnos, asumiendo 3 roles básicos: Salvador, Víctima y Perseguidor; También conocido como el Triángulo de Karpman. Tres facetas, muy personales, y cambiables según el contexto.

La forma de relacionarnos es reflejo de nuestra personalidad, de nuestra educación, valores y actitudes. Si estamos acostumbrados al drama, seguramente hacernos la víctima antes las actitudes de terceros (siempre y cuando no incluyan violencia, en ninguna de sus expresiones), suele ser un patrón común, personalizar, lastimarnos por sus palabras o expresiones, cuando nosotros no podemos cambiarlas, ni controlarlas. Lo único que podemos controlar son nuestras reacciones y formas de pensar. Evitar la victimización es un buen inicio hacia el cambio.

O al estar en un grupo, escuchar que alguien se refiere mal sobre otra persona (que incluso, puede no estar en el círculo), si la conversación no te es agradable, moverte de lugar o evitar opinar es otra decisión acertada. De esa manera evitarás jugar al Salvador(a). Cuando asumimos éste rol, siempre necesitamos que exista una víctima y un(a) agresor(a), si intervenimos en la ecuación, seguramente le “hecharemos más leña al fuego”; Al agresor le encanta la figura del salvador, porque al primer alegato en busca de buen juicio, el salvador pasará -casi sin darse cuenta- a jugar el papel de víctima.

El agresor suele se una persona poco asertiva, con necesidad de protegerse emocionalmente a través de la palabra y de sus expresiones poco constructivas; juzgar a los demás, minimizar el esfuerzo ajeno, siempre tener una opinión dura sobre la vida y carecer de filtro son algunas de sus características más comunes. Nada de lo que este ser humano exprese es realmente por lo que hiciste o por lo que sos, sino por lo que a ella o él mismo le ha tocado vivir y tiene en su corazón. No lo asumás como tuyo, no le comprés su basura emocional.

Y recuerda, en el tema de relaciones, ¡“nadie da lo que no tiene”!

febrero 16, 2018 0 comentario
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Las lealtades malentendidas

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

¿

Quien dijo que ser leal tenía que ser un sacrificio?, Sientes que “sin querer”, eres leal a tu familia y estas perpetuando el mensaje y los patrones de tus antepasados. ¿Y si has tomado conciencia, y tu presente no te permite ser tan leal? ¿Es malo? ¿Te hace sentir incómodo(a) o mal hijo(a)? ¡Pues no! Nadie dijo que debemos ser leales a costumbres que no nos gustan, incluso si estás son “buenas costumbres”, si a vos no te nace o no te hacen feliz, pues simplemente debés escuchar a tu instinto y decirte “sí” a vos mismo(a).

La vida esta llena de cambios constantes, de revoluciones personales y de crisis que, si no te has revolucionado ya, pues te darán un empujoncito para que “eso” que necesitás ocurra. La palabra “lealtad”, significa en sí misma: fidelidad, compromiso y respeto; no solo los cachorros son leales con sus amos, también los seres humanos debemos serlo con nuestra palabra, no se necesita una posición de poder que nos fuerce a ser leales. ¿Alguna vez has pensado ser leal a vos mismo?

¿Cuál es tu propósito? ¿Qué le da sentido a tu vida? Y si todo lo que conocíamos, descubrieramos que no es lo que necesitamos. ¿Qué tan leales seguiríamos siendo? La historia de tus padres, el patrón de las mujeres en tu familia, la perpetuidad de tus raíces (de generación en generación). ¿Te imaginás? Por acción o reacción, por causa o efecto, por instinto o certidumbre, por la razón irracional que lo motive, estamos acostumbrados a seguir patrones que en el mero punto de equilibrio de nuestras vidas empiezan a romperse.

Relaciones que nunca han sido un conflicto, ese día especial e importante, tras un discurso, una conversación o un momento de silencio, se quiebran, se agrietan, se transforman. En ese preciso momento en el que nuestra escencia deja de oler igual y nos venimos a dar cuenta que la fragancia que utilizamos ya no va con nuestro ph corporal. Las señales estan ahí, aunque no querramos verlas. Como dice el especialista y gurú en responsabilidad social, Italo Pizzolante: “Son tan obvias que las obviamos”.

Y no quiero obviar nada más, precisamente, éste texto nace de un período de reflexión en el que compartí con madres y padres de familia, que exponen situaciones que pasan en su núcleo familiar muy similares entre sí, es decir, casi todos expresan que viven problemas de comunicación, falta de afecto, miedos, violencia, abuso (emocional, verbal o físico), necesidades económicas, es decir, de todo un poco pero en grandes cantidades. Y luego, sus hijos exponen en otra sesión que quieren dejar de actuar igual a sus padres, pero que es difícil, que no pueden lidiar con las relaciones interpersonales en sus hogares, que no saben como hablarle a sus padres o a sus propios hijos(as), que no hay confianza, mucho menos complicidad o respeto.

En particular, quiero disrumpir, ante tanta claridad de los hechos, en la que la historia a marcado esas situaciones conductuales con tanto aínco, de verdad, ¿no es posible ser desleal, romper el patrón, ser diferentes, cambiar? Reconocer que el cambio es una necesidad y que nada nos obliga a ser leales a un cúmulo de creencias o costumbres poco sanas y nada amorosas.

¡Quizás si despertamos, si logramos darnos cuenta, podremos decodificar nuestra historia y

 

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Las migraciones y otros secretos familiares

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

C

uantas veces no hemos escuchado de casos sobre familiares que viajan a otros países en busca de mejores oportunidades; estoy casi segura que en cada una de nuestras familias hay al menos un caso de un ser querido que se fue un período de tiempo de Nicaragua, por X o Y razón, en varias ocasiones, por amor, en busca de trabajo o para ir a estudiar. La fuga de cerebros y mano de obra, es un hecho real y dramático, que ocurre más seguido de lo que parece.

Lo que para unos resulta una oportunidad, para otros es un verdadero drama, cuando salís de tu país estas expuesto a muchas inseguridades, sobretodo porque cuando te vas en busca de trabajo, usualmente la decisión es tomada por el factor de necesidad familiar y eso hace que aceptemos el trabajo que encontramos, no el que anhelamos, o en el mejor de los casos, el que merecemos.

El mercado está duro, la crisis encarece el empleo digno, el hambre hace que aceptemos lo que sea, incluso si esto requiere de actividades ilícitas o con altos niveles de riesgo e inseguridad. Esta es la realidad de muchísimos seres humanos, una realidad que no sabe de razas, sexo, religión o algún otro tipo de discriminación.

Desde el año 2000, Naciones Unidas promueve el movimiento más grande a nivel mundial en temas de Responsabilidad Social, hago referencia al “Global Compact” o “Pacto Global de las Naciones Unidas”, en pro de la implementación de 4 ejes fundamentales, basados en 10 principios que las empreas se comprometen a poner en práctica, vinculados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que forman parte de la nueva Agenda de Desarrollo Sostenible, conocida también como “Agenda 2030”, en la que se establecen 17 objetivos enfocados hacia la resolución de diversas problemáticas sociales, en los que las Empresa Privada, los Estados y la Sociedad Civil jugarán roles protagónicos para su implementación.

Dando pasos agigantados en pro de los derechos humanos, en Septiembre del 2016, en la Declaración de Nueva York, los países miembros de Naciones Unidas se reunieron para temas sobre migraciones y refugiados, en donde expusieron la importancia del trato digno e integral hacia los seres humanos que viven esta situación tan común, pero tan poco compartida, por pena, por el qué dirán, por vergüenza a pedir ayuda o exponer nuestras necesidades humanas.

Pensar que los que estan en el extranjero tienen mejor vida que la nuestra, en muchos casos, es un gran mito. No por estar en Estados Unidos o Europa se tiene acceso a los beneficios sociales o laborales, en realidad, la mayoría de migrantes se convierten en ilegales al término del período aprobado para permanecer de paso como turista. Sin los permisos adecuados, prácticamente es como si no existieras para el Estado. Y he ahí el verdadero problema.

Como ilegal se sufre de hambre, de violencia, discriminación y otros tipos de exposiciones, de ahí surgen la trata de personas, la prostitución, los expendios de droga, las adicciones y otro tipo de problemas sociales que atentan contra el crecimiento y el deseo de superación personal que en un inicio motivó al migrante a salir de su país.

Nicaragua, y mas de 150 países, cuentan con más de 480 oficinas del Organismo Internacional de Migraciones de las Naciones Unidas (OIM), quienes brindan apoyo e implementan diversos proyectos en pro del empoderamiento juvenil, la prevención de las migraciones por medio de incentivar el cambio de paradigmas socio-culturales y la reintegración social de grupos vulnerables.

¡Vamos, unámonos como actores claves de nuestra sociedad, evitemos las migraciones!

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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¡Es de locos emprender!

por Lyhelis febrero 16, 2018
escrito por Lyhelis

Y

o sé que el término “locos” puede sonar algo extremo, o muy trillado, usualmente utilizamos esa palabra con una congnotación algo negativa; “está loco creyendo que eso va a dar bola”, “anda soñando, solo locuritas”, “está loca, puede perderlo todo”; y son esos mensajes, entre otros, los que como por arte de magia, se meten en nuestro inconciente y nos hacen dudar de nuestras propia visión.

Han escuchado la canción de Coldplay, “Nobody said it was easy”, que en español sería “Nadie dijo que sería fácil”. Pues, por favor, aplíquelo a este contexto, el del emprendedor; ese ser humano que un día sembró la semillita de la curiosidad y se preocupó por investigar un poco más sobre su idea de negocio, vio que podía tener frutos y ser rentable, pero también sabía que habían riesgos y retos que asumir, pero se dedicó a crear su plan de negocio, a retroalimentar sus ideas con otros pares y a pedir consejos a sus mayores.

Y aquí es dónde empiezan los mensajes brujos, esos que se clavan en el corazón de cualquiera, sin darnos cuenta. Cuando llegas a casa emocionado(a), contás tu idea a tus padres, a tus hermanos(as), a tu abuela o abuelo, o lo compartís con tu mejor amiga o tu brother del alma, y empezás a escuchar no solo los consejos que pediste, sino otros que reflejan sus propios miedos, sus precauciones, sumado al tono con que brindan su opinión o la actitud que por la confianza o la autoridad, se cree, se puede utilizar en éstos casos.

Pero si sos de los míos, en éste momento ya te jugaste los ahorros y estas emprendiendo, tu iniciativa esté caminando y luchando por recuperar lo invertido, por ganar posicionamiento, por mantener el estandar de calidad (a pesar del cansancio), con el alto propósito de generar valor agregado a tu entorno y producir al menos lo necesario para cubrir las cuentas. Eso sin mencionar, que seguramente, estás redefiniendo estrategias o apostando por la diferenciación.

Es lindo emprender, realmente es un reto, no lo niego; sin embargo, despertar a diario con la emoción de que estás haciendo lo que amás, lo que te apasiona, no tiene precio. Utilizar los dones personales, las cualidades y actitudes cultivadas, para empoderar, sumar, aportar en la vida de alguien más (sea o no tu cliente). Facilitar espacios de colaboración, estrechar alianzas que impacten asertivamente en quienes los necesita. Pero aún mejor, conocer a personas que también sueñan como uno, que proyectan luz a través de sus iniciativas, que estan convencidas que hacer lo correcto es lo único que pueden hacer.

Y en ésta jornada, como emprendedora, he conocido de todo un poco, pero las que más me gustan son esas personas comprometidas con sus ideas, pero lo suficientemente abiertas para cambiar su enfoque, redirigir su mercado, buscan nuevo público meta, incluso, replantearse su idea inicial de negocio. He tenido el placer de conocer gente joven, que aporta a la eco-sostenibilidad con la que implementan sus negocios, que a pesar de sus circunstancias económicas o los mensajes familiares, mantienen la estrategia y se enfocan en la constancia, sus valores y la calidad en el servicio.

Ahora que ha leído el presente artículo, quizás coincida conmigo al expresar, que todos y cada unos de los emprendedores a nuestro alrededor merecen nuestra admiración y respeto, la empatía sería una excelente amiga en caso de encontrarse frente alguno(a) de éstos casos extremos en los que nos jugamos el todo por el todo por cumplir un sueño.

Para mí, más que locos o locas, son valientes; pues se requiere valor para cambiar paradígmas sociales y culturales, para salir de la caja y hacer las cosas diferentes. Para esos valientes, ¡Feliz Semana Global del Emprendimiento!

 

febrero 16, 2018 0 comentario
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¿Qué significa ser responsable?

por Lyhelis noviembre 10, 2017
escrito por Lyhelis

H

ace unas semanas compartía con jóvenes de la Costa Caribe Norte de Nicaragua, en Bilwi, Puerto Cabezas; Seres humanos que han crecido en situación de riesgo, desarrollándose en una zona vulnerable de nuestro país. Al compartir ideas, hacer preguntas, retroalimentarnos con sus experiencias; en una de las dinámicas, debíamos construir juntos un “ser socialmente responsable”, el grupo de 65 chavalos y chavalas, se dividió y entre ellos compitieron para escribir en papelógrafos 10 cualidades que ellos consideraban debía tener una persona responsable.

La actividad era muy activa, además del factor tiempo, entre ellos le pasaban el marcador al siguiente participante. Debo reconocer, que a pesar de que su idioma natal es el miskito y que les cuesta un poco el español, la escala de valores no se miró afectada por la barrera del idioma. Ellos describieron a una persona responsable y destacaron estas 5 cualidades:

  1. Respeto
  2. Honestidad
  3. Perseverancia
  4. Cuido al medio ambiente
  5. Pasión

Para mí no fue ninguna sorpresa la asertividad con la que se ejecutó la actividad, fue emocionante, pero sobretodo me trajo a la reflexión para escribir el presente artículo. Me cuestionaba a mí misma: ¿Qué me hace ser responsable? ¿Cómo soy socialmente responsable? ¿Qué tal anda mi escala de valores?

Y he llegado a la siguiente conclusión: podemos técnicamente estar informados, conocer los valores socio-culturales y profesar las conductas morales, pero de nada sirve tanto conocimiento si no lo pongo en práctica, si no doy el paso y hago las cosas diferentes, si no construyo con mis acciones una vida socialmente responsable.

Y el tema me permite extenderme en mi pensamiento, es decir, como le hablo a mis pares, cómo alimento mi cuerpo, si atiendo mis necesidades, a quién meto en mi cama, con quien elijo trabajar, que causas defiendo, si pongo límites y cuido mi espacio, si construyo relaciones sanas y amorosas, si vivo verde, si aplico la honestidad, si evito las mentiras o incluso, el autoengaño. Todos estos escenarios son posibles, prácticamente a diario, para definir mi estilo de vida y cuán responsable soy respecto a mis decisiones.

Los jóvenes en Bilwi, quizás no tienen las mejores condiciones de vida o acceso a oportunidades cómo cualquier otro jóven en Managua, pero estoy segura que tienen consciencia y deseos de superación. Y debo exponer cuánto me sorprende escuchar historias de personas que ejecutan su profesión de médicos sin tener un título o una acreditación sanitaria, o personas que van al super y consumen productos que luego no pagan, o las empresas que promueven valores y responsabilidad social lejos del núcleo de su negocio, sin sostenibilidad, solo por mercadear una “imagen” a la comunidad.

La construcción de habilidades blandas es vital en la vida de todo individuo, “nadie da lo que no tiene”; si desea que su empresa viva un modelo de gestión socialmente responsable, invierta en despertar su sensibilidad humana, en avivar su consciencia en contruir valores a través de la práctica, en incentivar la creatividad por medio de estrategias sostenibles lideradas por ellos mismos. Si los seres humanos seleccionaramos practicar un valor por mes, al cabo de un año estaríamos más despiertos y conectados a este nuevo estilo de vida.

Pregúntele a su equipo de trabajo: ¿Qué es ser responsable? Y en la reunión de los lunes, pídales que escriban un pequeño párrafo compartiendo ¿cómo son responsables y cómo inciden en su entorno? Me va a contar. Las oportunidades de mejora surjen de éste tipo de cuestionamientos. ¡Puede que se lleven grandes sorpresas!

 

noviembre 10, 2017 0 comentario
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Abrazo, sostengo y suelto

por Lyhelis noviembre 10, 2017
escrito por Lyhelis

!Q

ué gusto me da escribir esta columna!

Más allá de generar un espacio de autoreflexión, de transformación social o de análisis consciente sobre la realidad. Si pudieran imaginar la paz interior que genera en mi vida escribir. No es descriptible en letras, por lo que voy a tratar de narrarla como si estuvieramos tomando un cafecito juntos, algo un poco más íntimo.

A diario somos preza de la prisa, de los objetivos de la empresa o de nuestros sueños personales. Hasta que de pronto, la vida nos sorprende: perdemos a un ser querido, nos corren de nuestro trabajo, enferma nuestra mejor amiga, nos las pega el novio (a la novia), se muda de país un amigo, fallece nuestro(a) hijo(a) perruno(a)… algo tiene que pasar, cuando necesitamos con urgencia, despertar e iluminar nuestra oscuridad. Porque no es ese evento el oscuro, es la rutina del día a día la que nos opaca, es esa adicción que no podemos detener solo con buena voluntad, es ese dolor que nos arrebata las ganas, ese preciso instante en el que nuestra habitación se ilumina y todo sale a la luz.

Hace unos años que el término “autogestión” afloró de una sesión psicológica, como un autodescubrimiento, como una terapia que no necesita pago en efectivo, sino, una autoinversión. Y no era muy claro al inicio; y es que, cuando duele, todo deja de ser tan claro.  Pero como nada pasa por casualidad, llevo rato siguiendo en redes sociales a una persona que motiva este tipo de transformación, quien sugiere que los seres humanos debemos: “Abrazar y Sostener” esas situaciones que nos incomodan, que nos drenan, que nos tocan los sentimientos; pues afirma que solo nosotros somos capaces de superar esos episodios de vida, sin que luego se conviertan en vacíos que tratamos de llenar con estímulos o más de lo mismo que nos cae mal a la salud. Repitiendo patrones enfermizos.

Es decir, ABRAZO la realidad, mi dolor, mi emoción, mi vida, abrazo con amor lo que me está pasando, lo abrazo porque gano más al aceptarlo que al negarlo; y aún más si lo SOSTENGO, es decir, esa emoción no será divertida, ese momento no será cómodo, esa situación será realmente dura, un reto en sí mismo, pero mi conciencia me permite sostenerlo, digerirlo, aguantarlo, sobreponerme a ello. De nada me sirve ignorarlo, ocultarlo o mutarlo, esa mochila (con esa bomba) es solo mía, así que la abrazo y la sostengo.

Llegado el momento y sin que lo esté pensando, podré SOLTARLO, dejarlo ir. Si tomo mi mochila y la regalo o la endoso, probablemente el frio detonará más rápido la desagradable o sorprendente realidad. Perjudicando incluso a terceros. Pero si logro abrazarla, sostenerla y aceptarla, llegará un momento en que mi fuerza interios encontrará la contraseña para desactivar la bomba de tiempo que llevo conmimgo. Pues la clave viene en nuestro ADN.

Se vale flaquear, se vale pedir ayuda, se vale reinventarse. Todo lo que sea necesario vale la pena abrazarlo, sostenerlo, y en el momento menos pensado, soltarlo. Así que cuando algo duela, algo inquiete o algo llame tu atención, te invito a guardar silencio, no compartirlo, no sobreanalizarlo. Solo extiende tus brazos, los cruzas frente a tu abdomen y te abrazas fuerte, el tiempo que sea necesario, hasta sentir que podés sostener tus emociones. Te aseguro que fluirá un suspiro liberador, que te hará soltar eso que no entendías.

¡Abrazo, sostengo… y suelto!

 

noviembre 10, 2017 0 comentario
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¿Beneficio de la duda o Voto de Confianza?

por Lyhelis noviembre 10, 2017
escrito por Lyhelis

E

n algun momento de mi vida, siendo docente universitaria, tuve la oportunidad de compartir con jóvenes de quinto año de su carrera, con muchos sueños personales. El primer día de clases, les dije que esto era como una cuenta bancaria, que desde ese momento yo les había hecho un depósito a cada uno de 100 dólares, en honor a su “excelencia”, que de ellos –como equipo- iba a depender el conservar ese monto de dinero.

En aquel momento, hice lo que me hubiera gustado a mí que hicieran mis docentes, les dí un “voto de confianza”. No les conocía, no sabía nada de ellos(as), no podía emitir juicios sobre su desempeño como alumnos, pero sí podía (por pura decisión y sentido común), pensar que si estaban en quinto año de su carrera, era porque tenían calidad y disciplina, no por un acto de suerte.

En efecto, ese acto desinteresado, hizo que los más inquietos participaran asertivamente, que los menos aplicados se pusieran las pilas y que los amantes del estudio se solidarizaran con los que tenían mayores dificultades con la academia. Si una extraña en ese momento, había creído en ellos, como ellos -que llevaban años compartiendo-, no iban a creer en sí mismos.

Y es que en la vida tenemos la oportunidad de construir o destruir con nuestro propio actuar, pensamos que dar el “beneficio de la duda” es lo mejor que podemos hacerle a alguien, sin embargo, la duda genera cuestionamientos, miedos y distancias; dudar es bueno en la medida en la que fortalece nuestro criterio personal, pero ¿qué tan bueno puede ser para construir una relación?

Conozco parejas que basan sus relaciones en el beneficio de la duda, en las segundas oportunidades que llevan consigo inseguridad, porque en realidad, estan esperando que él o ella la vuelvan a embarrar. Y no puedo asegurarles que eso no va a ocurrir, pero sí puedo compartirles (por experiencia propia), que se genera más valor agregado en la vida de un tercero cuando le hacés saber que confias en él, que creés en su buena voluntad, que apostas por su cambio, pero que éste debe ser personal, no por el compromiso con uno.

Quizás dar un voto de confianza habla más de nosotros mismos, que de quién se beneficie de el, la confianza tiene como sinónimos palabras como esperanza, seguridad; y es que la asertividad de ésta palabra nos llena de la capacidad de lograr lo que nos propongamos, incluso sin saber cómo va a ocurrir.

Valga aclarar, que si iniciamos dando una esperanza (sea la relación que sea) y en el camino valoramos que no está teniendo el resultado que anhelamos, que nos pone en peligro o que no nos suma, pues será momento de cambiar el chip y empezar a ver las cosas desde la otra acera, es decir, desde la duda; dándonos el beneficio de cuestionar y decidir en base a lo que resulta mejor para cada uno(a), desde su individualidad.

¡Brindar un voto de confianza, es en sí mismo, un acto fe!

¿Estas lista(o) para creer?

 

noviembre 10, 2017 0 comentario
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