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El Viaje de la V!DA

Estilo de Vida

El Viaje de la V!DA

¡Había una vez!

por Lyhelis junio 7, 2019
escrito por Lyhelis

 

Había una vez…

“…el inmigrante mira hacia el futuro,
dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance”.

 Isabel Allende

Como me gustaría iniciar este artículo como si fuese a contarles una historia de cuento de hadas, pero la verdad tiene mucho de historia, nada de cuentos y mucho menos de hadas. Hoy cumplo un año de haber emprendido un viaje que no elegí a consciencia vivir. Un día como hoy, en 2018, llegué a Costa Rica en un viaje de paseo, con el único objetivo de visitar a mi hermana, Daniela, quien me recibió en su apartamento y me brindó todas las comodidades para que tomara aire, me renovara y cargara las baterías para volver con más ánimos. Sin embargo, tres días después de haber llegado, en una reunión con un amigo y colega, surgió una consultoría corta que me permitió “jugármela” y aprovechar el tiempo aquí.

Esa oportunidad me inspiró a tal punto que me quedé 3 meses con una maleta de ropa para 10 días, con más entusiasmo que nunca. Entre que realizaba el trabajo de la consultoría, me dispuse a moverme y hacer networking con colegas, asociaciones, espacios de coworking, empresas, cámaras, consultores independientes, referentes de la sostenibilidad en el país, entre otros lazos que fueron estrechándose en el transcurso del tiempo y gracias a la amabilidad de seres humanos extraordinarios que vinieron a mi vida para sumar.

Las experiencias de vida en paralelo se hacían sentir. Mi hermana tenía que viajar por 3 semanas y me quedé en un cuartito que alquilamos, gracias a la gentileza de quien hoy es una gran amiga. Volví a utilizar el transporte público, después de años de no utilizarlo (creo que desde la universidad), caminaba como que fuese un trabajo y me pagaran por ello; que conste, caminar no me incomoda, lo triste era que lo hacía en mocasines de trabajo o en tacones y eso me provocaba heridas en los pies, siempre andaba con una llaga nueva. Al inicio, me tocó saltarme un par de tiempos de comida, porque la cuenta no daba para eso.

Al mes, Douglas, mi mejor amigo se mudó a Costa Rica, en aras de abrirse mejores opciones; Y como mis posibilidades eran alentadoras, los profesionales aquí admiraban mi hoja de vida y se comprometían a tomarme en consideración ante futuras oportunidades. Por lo que a los 3 meses regresé a Nicaragua convencida que debía quedarme aquí. Entregué mi apartamento, vendí mis cosas y solté 15 años de vida profesional que había construido en mi país. Con la ilusión de abrirme espacios, laboralmente, en la región centroamericana.

Para ese entonces, ya teníamos apartamento con mejores condiciones y las esperanzas seguían haciendo de las suyas, pues dejé de sentirme en situación de vulnerabilidad, asumo que empezaba a respetar mi realidad. Además, estaba acompañada, física y en la distancia, lo cual era un gran alivio. Conté con muchas personas maravillosas a quienes les agradezco desde el alma.

Cuando una pasa por lo que yo pasé, la vulnerabilidad es una constante, si bien ya no pasaba hambre, mis limitaciones eran muchas. Ni por cerca vivía con las comodidades o la calidad de vida a la que estaba acostumbrada, la que me había construido sola, trabajando desde los 17 años. Emocionalmente era como que algo se había quebrado por dentro, empecé a vivir el impacto del desapego, aplicado a lo material y a lo personal, pues todos los que amaban no estaban cerca, la red de apoyo construida se había quedado allá… la sensación de vacío era gigante, y solo la igualaba en tamaño el gran deseo de salir adelante.

Hubieron momentos de gran debilidad, todavía lo pienso y me pregunto ¿Cómo le he hecho este año para sacar fuerzas y seguir? Y quienes me conocen saben que me caracterizo por mi buen humor, por mi actitud asertiva y las ganas de crecimiento personal. Pero ¿Cómo le hace uno para sonreír y tener ganas de vivir si lo que se pasa es tan caótico y triste? Eso en lo interno, ahora súmele los cuestionamientos que se reciben cuando uno decide tomar ciertos riesgos en su vida y jugársela. De pronto empecé a pasar mucho tiempo a solas, porque me era insostenible compartir y tener que dar explicaciones, o responder preguntas a las que ni yo sabía cómo contestarme.

Las oportunidades laborales empezaron a fluir, cerré el año con una consultoría y empecé el año con un nuevo puesto de trabajo. Mismo que 2 meses después resultó ser todo un fraude. Sí, eso también fue otro aprendizaje, la gente cree que, por la condición de migrante, deberías regalar tu tiempo o devaluar tu hoja de vida profesional, como si te hicieran un favor al contratarte, porque “es mejor estar ocupado, que haciendo nada en tu casa”, como me dijeron una vez.

He vivido de todo, he creado ofertas de trabajo que nunca se concretaron, pero que sirvieron de base para gestionar fondos y ganar licitaciones, en las que termino sin participar. He ido a una cantidad de entrevistas de trabajo (de las que han salido intensos con otras intensiones), y ni hablar de los eventos en los que he participado o los correos que he enviado. Cada vez me convenzo que este año he ganado la sabiduría de saber diferenciar que las referencias profesionales no son una etiqueta para uno como individuo, que tu valor personal es indiscutible, y no es negociable.

Sin ganas de forzar las cosas, me empecé a ocupar y atenderme, aprendí a hacer yoga y a meditar, entrenaba en mi apartamento, leía como loca, miraba documentales y escuchaba podcast sobre sostenibilidad, crecimiento social, desarrollo local, empoderamiento femenino, entre otros. Y aunque sentía culpa, gracias a esa “creencia limitante” de que si no materializas lo que haces en un buen salario no sos exitosa, lograba liberarme de ese pensamiento recurrente y darme mi espacio de paz.

Hace unos meses, gracias al trabajo que resultó un fraude, tuve el regalo más grande que podía experimentar. Mi hermana, Daniela, volvió a Costa Rica y empezamos a vivir juntas. La última vez que habíamos vivido bajo el mismo techo ella tenía 13 añitos y yo 19, ambas tenemos personalidades muy diferentes y creo que algún temor había de volver a convivir. Sin embargo, ha sido maravilloso. De Daniela he aprendido a tener calma, a reconocer mi valor personal y profesional, a decir no cuando la oferta no se ajusta al mínimo negociable, a dejar el sentimiento de culpa, a jugar el rol que quiero no el que “debo”. Ella ha sido mi mejor mentora, aunque creo que aún no lo sabe… ji ji ji

Y para mi sorpresa, justo hoy, me han confirmado como instructora de una Cámara Nacional en temas de sostenibilidad y responsabilidad social. En el contexto profesional, me encuentro desarrollando un Proyecto Comunitario al que hemos llamado: “Mentes en Crecimiento”. Estoy certificándome con John Maxwell Team y soy mentora en liderazgo de Voces Vitales. Y sigo avanzando en mi meta de posicionarme como consultora internacional en Centro América.

El año no ha sido fácil, pero el reto me llena de una satisfacción inexplicable. Los cambios son innegables, soy una mejor persona hoy en día. Me siento más en armonía conmigo, con mi centro y mis emociones.

Si de pura casualidad, estas viviendo una circunstancia como la que he vivido yo, te pido te cuidés, no te abandones, ten la mayor de las paciencias para vivir el proceso, un día a la vez, haciendo lo que está a tu alcance y dejando pasar los pensamientos que no abonan a tu fortalecimiento emocional. El día menos pensado, todo empieza a cambiar. Mantengamos viva la fe en nosotros(as) mismos(as)…

 

…y para mí, ¡Gracias por 1 año más de crecimiento personal!

junio 7, 2019 2 comentarios
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El Viaje de la V!DA

Aprendizaje versus Educación

por Lyhelis marzo 5, 2019
escrito por Lyhelis

“La mente es como un paracaídas, solo funciona si se abre”

Albert Einstein

 

Hace unas semanas participé de un espacio inspiracional, liderado por Carïcaco y ADEN, quienes estrechaban lazos colaborativos y celebraban con su comunidad emprendedora dar un paso en el crecimiento de la Academia Carïcaco, de la mano de profesionales de talla mundial como ADEN. Fue muy agradable el compartir, después de un arduo día de trabajo vino muy bien el conectar con gente con tu misma vibración y escuchar historias motivacionales de seres humanos comprometidos con cambiar el mundo, un pasito a la vez.

Luego, al final de esa semana, recibí a mi hermana menor, Daniela, quien siempre viene a generarme valor (incluso, sin que ella lo sepa). Entre otras cosas, siempre que coincidimos en el mismo hemisferio del mundo y bajo las mismas coordenadas geográficas, además de compartirnos experiencias, nos compartimos literatura. Las “Torres Bonilla” amamos crecer, soñar y aprender a través de la lectura.

En ésta ocasión, traía consigo el libro “Padre Rico, Padre Pobre”, yo ya había escuchado que era uno de los “Best Seller” del mundo, escrito por Robert Kiyosaki (conocido como el “Maestro” Millonario) con Sharon Lechter (CPA certificada), ambos con la intención de cambiar el concepto genérico sobre la educación en la edad temprana.

Si es tu primera vez leyéndome, debes saber que he invertido mucha energía, tiempo, vida y dinero en estudiar; Me tomé muy en serio esas frases de mis padres en las que me recordaban que su herencia más grande era mi educación, pero que “una vez graduada de la universidad, yo debía hacerme cargo de mi vida”, porque ellos habrían terminado su labor de padres y sus obligaciones para conmigo (o con mis otras 2 hermanas). Al escribirlo, me provoca una risita apenada, porque es la fecha y ellos siguen estando para nosotras, casi de manera incondicional, incluso siendo graduadas, con especialidades y varias experiencias laborales. Bien dicen que nunca se deja de ser padre o madre.

En mi caso, a diferencia de mis hermanas, me fui de casa muy joven; yo soñaba con construir mi hogar y hacerme cargo de mis rollos. Aunque ahora que veo atrás, entiendo porque Peter Pan no quería dejar de ser niño… jajaja Bajo mis circunstancias, me tocaba trabajar para subsistir, y como crecí con la educación regular del colegio en el que se nos decía que a los mejores alumnos les iba mejor en el campo laboral, yo me esmeré por ser una de las mejores alumnas de mi generación en la universidad, obteniendo mención de honor “Suma Cum Laude” al recibir mi título de Licenciada en Derecho con especialidad en Economía (uno de los varios que vendrían después).

Al año de independizarme de mis padres, mi esposo y yo, (siendo aún estudiantes) quedamos sin empleo… y créanme si les digo que ambos éramos brillantes, muy educados e inteligentes, pero eso no valió de mucho cuando su proyecto de gobierno electrónico quedó sin presupuesto y la firma legal en la que yo trabajaba decidió cerrar. Bien diría Rubén Blades: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios”.

Y en ese momento, entre incursionar en la venta en mercados masivos del huevo, continuar mis estudios de 4to año de la universidad (más sus 2 carreras en ese momento), y sin dejar atrás la carga económica y emocional que te genera el título de “casados”. Creo que el valor afloró en nosotros y logramos superar las circunstancias, a punta de suspiros (y muchos huevos).

Sin embargo, y muy a pesar de haber sido buenos alumnos, no salían los buenos trabajos. Hasta que en la mera necesidad, decidí tomar un trabajo de asistente de proyecto, que me colocaría, unos años después, en un lugar más privilegiado en el mundo de las consultorías y la coordinación de proyectos. Que conste, nadie me preparó para esos cargos, no estudié sobre eso en la universidad, nadie me enseñó a ser asertiva, visionaria, empática, ni líder; en serio, ahora que lo pienso, fue mi sentido de pertenencia el que me llevó a dar más de lo que me pedían y anhelar cumplir las metas para las que trabajaba con eficiencia, realmente me apasionaba mi trabajo.

Luego de unos años, decidí que si quería escalar, debía dejar esa zona segura y me dispuse a conocer otros mercados laborales, nuevas tendencias en temas de comunicación e involucrarme en nuevas causas. Aunque en la sociedad en la que me desarrollaba, empezó a tener peso que tuviera 27 años y solo contara con una licenciatura, una especialidad y un postgrado en formulación y gerencia de proyectos. Entonces, como por arte de magia, aplico a un préstamo estudiantil, y con una gran deuda, empiezo a estudiar el Máster en Administración de Empresas con énfasis en Marketing Avanzado.

Yo sentía, que al igual que el derecho, tener conocimientos en administración me iba a catapultar a lo alto profesionalmente. Pensaba que iba a cumplir el sueño estándar de juventud (inculcado por mi entorno) lograr: una maestría, un excelente puesto (acorde al estudio que sacaste), la compra de mi casa, el marido, los hijos, la plenitud y felicidad hecha carne. Sin embargo, nada iba según mi entorno lo decretaba, en serio –absolutamente nada-, habían fuerzas más grandes (quizás mis propios sueños), que me llevaban por otras veredas, un poco más espinosas.

Luego de esa odisea, me gano la primera beca para estudiar mi segundo máster, esta vez, sobre algo completamente nuevo, por lo que lo visualicé como mi momento de “especializarme”, ganando la participación en el programa financiado por el Reino de los Países Bajos para cursar el Master en Responsabilidad Social con enfoque en Derechos Humanos. Para que 2 meses después de graduarme como “doble máster titulada”, volviera a ganarme una beca para el Programa Ejecutivo para Centroamérica de “Mendoza College of Business”, de “Notre Dame University”, en Estados Unidos. Otro gran triunfo en mi educación.

Les cuento esto, lejos de presumir, porque la verdad es que con casi 35 años, logro darme cuenta que los títulos ganados no me definen como ser humano y que hay más en el mundo esperando por que uno tome consciencia y conecte con su propósito de vida. Y ésta etapa, es a la que llamo “aprendizaje”. Puedo afirmar que cuando me gradué del MBA, obtuve mi peor promedio final: 85.5%, versus 95.5% en la U, 94.5% en el Master de RS;  Es que cuando tuve el título del MBA en mi mano, un 30 de Enero, entendí que me estaba graduando de mi etapa más difícil de vida, y que lo había hecho con poca paciencia personal y mucha dignidad.

El libro que les menciono, el cual les recomiendo, ha despertado en mí una gran curiosidad. Si yo hubiera crecido y mi educación hubiera tenido menos “no”, menos miedos, si me hubieran enseñado a tener respeto, pero no apego por el dinero, bajo la constante preocupación de ¿Cómo llegaremos a final de mes?, ¿Será que si mi realidad hubiera sido diferente? Tendría un negocio, con grandes capitales en inversión, sin necesidad de haber dedicado tanto tiempo en estudiar y especializarme, dedicándome a aprender de otros conceptos y mundos. ¡Bien, honestamente no lo sé, los “hubieran” no existen!

Que me alegro de mis experiencias de vida, sí, que considero pudieron haber sido menos complejas, sí. Todo varía en dependencia de las decisiones que tomas, incluso aquellas en la que la influencia de 3ros ejerce muchísima presión. Es uno quien define su norte y lo que atrae a su vida.

Quizás deba pedirte, querido(a) lector(a), que si estas iniciando tu vida, estas aun en tus 20´s:

  1. No titubees tanto en lo que anhelas, cree en tus sueños y anda por ellos.
  2. Olvídate del “deber ser”, todo lo que importa es lo que “quieres ser”.
  3. Aplica en todo la filosofía de vida, llamada KISS: “Keep It Simple, Stuped”.

Yo a esa edad no lo tenía claro, porque estaba empeñada en ser la “mejor” dentro del esquema social, al final, eso no me hacía plenamente feliz. Y a mis 27, luego de muchos cierres, me tocó reinventarme… y empezar sola y de cero, una nueva vida. Sin que un título superior haga el proceso más fácil.

Al final, el aprendizaje de vida que he tenido lo he pagado incluso con intereses más altos que la tasa del 9% variable aplicada por la institución financiera con la que obtuve el préstamo estudiantil con el que pagué mi MBA. La vida trae consigo muchos golpes, mientras no estemos claro de lo que deseamos. Como me hubiera gustado que alguien despertara en mí el sentimiento de agrado por las finanzas, los números y las inversiones. Hoy por hoy, estoy inmersa en un mundo en el que nunca creí que podía conocer, pero más feliz que en cualquier otro momento de mi vida.

No voy a responder a la incógnita del título, pues no hay una fórmula mágica, ni perfecta. Solo déjeme sumarle valor a tu vida, con un par de consejos más a la lista:

  1. Los cursos técnicos son una gran inversión de vida, a bajos costos.
  2. Trabaje por aprender, como en sus primeros años de universidad, no lo haga por dinero. Porque el día que el desempleo toque a su puerta, la desmotivación y la falta de ingresos no van a ayudarle mucho.
  3. La educación formal no siempre le dará las recompensas que le han prometido en el sistema en el que ha crecido, conozco más casos de éxitos de emprendedores empíricos, que de empresarios estudiados.
  4. Escuche su intuición, préstele atención a su voz interior, porque si algo no le hace “clic”, es probable que sea mejor no insistir.
  5. Y, por favor, alimente su creatividad y compromiso por alguna causa generadora de impacto positivo en el mundo, será el mejor regalo que puede darse en la vida.

 Aprender trae consigo retos y no siempre sale gratis, pero su compromiso hará que valga la pena.

marzo 5, 2019 1 comentario
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El Viaje de la V!DA

¿¡SOMOS, O NO SOMOS!?

por Lyhelis febrero 20, 2019
escrito por Lyhelis

“Quien hace del mundo su hogar, nunca estará lejos de casa”
Anónimo

 

En honor a Febrero, este hermoso mes, que para mí representa la segunda oportunidad de empezar el año con todo, luego de Enero, claro. Para otros(as) representará amor y amistad, besos, apapachos y demás gestos de consideraciones mutuas. Perdone Usted, pero está ante un caso extremo de romanticismo en recuperación, no espere mucho de mí en estas fechas.

Si quiere que coincidamos, hábleme de “cambio”, de “buen vivir”, de “serenidad”, de “amor propio”, de “calidad”, de “acción”, de “asertividad”, de “empleo digno”, de “derechos humanos”… En serio, Usted quiere enamorarme, hábleme de “valor compartido”, de “desarrollo sostenible”, de “contenido educacional”, de “crecimiento a escala”, de “plataformas gratuitas” como Agropedia, con información que diversifica la gestión del agro, que nos brinda el A, B, C de cada uno de los rubros agroalimentarios. Créame, entre mi cabeza y mi corazón, hay un universo paralelo, que en “mi mundo”, refleja puro amor, amor del bueno… ¡Amor al Prójimo!

Alguna vez han estado en esa situación emocional en el que entregó, por libre y espontánea voluntad, su corazón, y recibió un “body call”, reclamando su presencia física –sin involucrar ese cúmulo de sentimientos- que lo peor del caso, Usted generó. O quizás, es Usted, quien ilusionó con promesas que no podía cumplir, a un tercero. O, fue Usted la víctima de un “pantallazo”, o peor aún, de un “selfie”, en el que alguien se vende bien, sin que eso represente la naturaleza de su negocio, perdón, de sus intenciones.

Sí, sí… hablo bien el lenguaje de los enamorados, aunque no quiera vivir la realidad del extranjero, en el mundo del amor. En realidad, deseo, anhelo, vivir la realidad de ser una “Ciudadana del Mundo”, que se enamora por primera vez de nuevos espacios de emprendedores, del ángulo en el que se pone el sol (porque lo mira desde nuevos hemisferios), de nuevas sonrisas, de las sorpresas -con ojos de asombro- en las miradas cruzadas con  complicidad ante ideas innovadoras; quiero permitirme llorar enamorada de la nostalgia que siento por no estar en mi tierra, y del amor que me despiertan las nuevas experiencias de vida.

Hace 9 meses y 9 días estoy en un nuevo mundo, bajo nuevas reglas (impuestas por mí), en un país lleno de diversidad, versatilidad, con seres humanos comprometidos con una superación –inalcanzable-, que añora “magia”, en donde, todo lo nuevo es bienvenido. Me gusta esto, me siento en casa… Cuando vine a Costa Rica, mi idea era compartir con mi hermanita, -no tan pequeña-, quien se hacía cargo de Mí; pronto, ese encanto, se convirtió en auto-exigencia, por encontrar/construir una realidad mejor, acorde a lo que estaba acostumbrada a vivir en mi país natal, Nicaragua, en donde he de decir, tenía una vida bastante “cómoda”.

Es cierto, incluso hoy, no estoy tan cómoda como deseaba, pero está cerca de la realidad que anhela: diseñar mi estrategia de vida, con un propósito definido, trabajar en algo que me apasionara, enfocada en resultados concretos -y esperados-, medibles. No se imaginan la satisfacción que eso produce.

Llevo 9 meses en los que dejé la independiente de movilidad, dejé de ser, lo que en mi país conocemos como “culito de carro” (me disculpo por el francés)…jajaja. Y al inicio, eso fue un problema real, me temblaba todo, mentía al responder las preguntas algo invasivas de los(as) conductores, iba pegada al google map, para ver por dónde íbamos. Generaba mucha tensión. Sin embargo, nunca, tanta tensión como la que detonaba esta pregunta: “¿De dónde es?”, seguido de la afirmación: “¡Es venezolana!”.

Lo escribo, y se me eriza la piel, es tan incómodo que en mero siglo XXI, aún nos preguntemos de ¿Dónde somos? Que acaso Usted no sabe qué traemos la genética alterada, por los múltiples procesos migratorios que ha vivido el mundo, que nos hace ser un porcentaje de: árabes, ingleses, indios, españoles, alemanes, franceses. Acaso Usted no recibió la clase de historia en la que nos cuentan cómo los españoles colonizaron América, gracias a la astucia de Cristóbal Colón; o cómo los pueblos europeos del mediterráneo poblaron el triángulo norte de América del Sur, llamada hoy por hoy, “Región Andina”. Créame, si Usted sabe el valor que tiene la palabra independencia, y la lucha que sus antepasados hicieron para que, en la actualidad, Usted se movilice con libertad, no haría esa pregunta, ni por meter conversación.

Sabe, admiro al pueblo venezolano, a tal punto, que me encanta su personalidad, su actitud, su acento fonético… y su lucha por la liberación y reconstrucción de sus ideales, sanos y amorosos con su entorno, con  su patria. A tal punto, que cada vez que me preguntan: “¿Es venezolana?” Respondo sonriendo: “Lamentablemente, no”, a lo que sigue de parte del interlocutor, una segunda pregunta: “¿Colombiana?”, y yo –paciente- digo: “Tampoco”. Hasta que me involucro en el patrón y les digo: “A ver, siga probando, si adivina le regalo un caramelo”.

Saben que es lo más triste, cuando reconozco mi nacionalidad, mi identidad, mis raíces… nadie me cree. Me dicen: “Nunca había visto a una nicaragüense como Usted”, “¿En serio es Nica?”, es que “los que yo conozco son diferentes a Usted”.

Yo puedo comprender, que la pregunta tiene una connotación genuina de querer empatizar, pero lo último que genera es un espejo amigable en el que nos vemos reflejados y sentimos tranquilidad. Y en éste país, rico por su ubicación geográfica, sus recursos naturales y su gente, el flujo migratorio en los últimos 5 años ha crecido exponencialmente, la atracción de la inversión extranjera se ha convertido incluso en política pública.

Se imaginan el número de migrantes que han hecho su vida aquí, formalizándose, haciendo familia y obteniendo la nacionalidad como costarricenses. Y entonces, ¡¿Somos o No Somos!? Me quiere a como soy, me acepta a como soy, me brinda su amor incondicional, cree en mí, les genero valor, sumo a su producción nacional, me recibe en su entorno, o de verdad, no cuadro con su estereotipo de ser humano, que suma a un mundo mejor.

Yo he viajado tanto, he compartido tantas culturas, he trabajado con equipos interdisciplinarios, he tenido mentores, líderes y jefes de todo tipo: nicas, centroamericanos, sureños y europeos (franceses para ser específicos), la vida ha sido benevolente, me ha permitido crecer de la experiencia de terceros. Abrir mi mente, sin dejar de sentirme tan “nica” como el sabor de un rosquete (esto solo los nicas van a entenderlo)… y tan universal, como el placer de ser yo misma conectada con el TODO.

Hoy, después de éste “hermoso parto” de una Lyhelis que nace a un nuevo contexto de vida, me identifico como “Ciudadana del Mundo”, comprometida con mis pequeñas acciones, generadoras de impacto globales, en el mundo entero.

¿Y Vos?
¿Sos de aquí? O ¿Sos de allá?
Al final, ¿¡Somos o No Somos Ciudadanos del Mundo!?

 

febrero 20, 2019 1 comentario
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El Viaje de la V!DA

¿QUÉ TAL ANDA TU SALUD MENTAL?

por Lyhelis octubre 10, 2018
escrito por Lyhelis

“El estado de tu vida no es más que un reflejo del estado de tu mente”

-Wayne Dyer 

C

uando nos encontramos con nuestros seres queridos, con esas amistades de años, cuando reconectamos con personas con las que compartimos hace tiempo, cuando nos escribimos por chat, casi siempre al darnos F5 -y actualizarnos-, preguntamos: ¿Cómo has estado? ¿Qué tal todo? ¿Cómo está tu familia? Las respuestas son varias, pero usualmente usamos una sola palabra (con algunos cambios) para responder: “Bien”, “Todo bien”, “Ahí vamos, bien”. Y con esto creemos que ya lo dijimos todo.

Y es que la palabra “bien” representa bienestar, lo cual expresa satisfacción y tranquilidad en las condiciones de vida de un ser humano. Obvio, nunca se nos ocurriría preguntarle a nadie sobre su salud mental, se imaginan: ¿Y los pensamientos cómo van? ¿Qué tal tu mente? ¿Cómo sentís tu psiquis últimamente? (Me provoca risa) Dejaríamos de tener amistades… jajaja

Pero la verdad es que este es un tema del que poco conversamos, es una de las realidades más naturales y humanas, pero de lo que no nos gusta hablar, porque “no estamos locos”. Sin embargo, a diario estamos expuestos a situaciones en nuestro entorno que deteriorar nuestra salud mental y emocional, detonan miedos, angustia, ansiedades y hasta crisis de pánico (que si nunca hemos escuchado al respecto, no sabremos incluso identificarles). Y acompañado al entorno, que ciertamente no podemos controlar, vienen nuestros propios pensamientos. Sí, es la forma en la que pensamos la que define nuestras reacciones; ¡Dime en qué piensas y te diré de lo qué sufres!

A inicios de año empecé la lectura de un libro que me ha cambiado mucho, ha sido un pilar en el proceso de adaptación ante cambios radicales, se llama “Tus Zonas Erróneas”, es del autor: Wayne W. Dyer y en las primeras páginas me encontré con las líneas más duras que he leído en mucho tiempo, les comparto y Ustedes me dirán: “…Para simplificar podemos decir que tú crees que son las cosas o la gente los que te hacen infeliz, pero esto no es correcto. Eres tú el responsable de tu desgracia porque son tus pensamientos respecto a las cosas y a la gente que hay en tu vida los que te hacen infeliz. Para llegar a ser una persona libre y sana tienes que aprender a pensar de forma diferente. Cuando hayas logrado modificar tus pensamientos, entonces empezarán a surgir tus nuevos sentimientos y habrás dado el primer paso en el camino hacia tu libertad personal…”.

Hoy es el “Día Internacional de la Salud Mental” y tenía ya días sin escribir, pero créanme que sentí el compromiso personal de compartir un poco de mi percepción con Ustedes, Mis Responsables, pues es precisamente una responsabilidad cuidarnos, atendernos y mimarnos, consentirnos y cuidar lo que nos permite ser.

Le dedicamos tiempo al aseo personal, a nuestra higiene, porque no dedicarle tiempo a nuestra higiene mental, a tener pensamientos más claros, más sanos, más limpios. ¿Te has sentido en extremo preocupada o preocupado por algo que aún no pasa? ¿Has sentido angustia y dolor de estómago por una reunión? ¿Te aflige la situación que vive un amigo o tu pareja? ¿Sientes que tus hijos están en constante peligro? ¿Las inseguridades vienen a tu mente -sin llamarlas-? ¿Tienes pensamientos recurrentes sobre cosas malas? Debo comentarte que a esto se le conoce como “Pensamientos Catastróficos” y el resultado de este tipo de pensamientos es una afectación directa a nuestros sentimientos, usualmente andamos las emociones a flor de piel, alertas, pendientes de que algo va a pasar. Al final del día nos sentimos agotados, exhaustos y drenados, no precisamente por nuestra actividad física, sino por nuestra actividad mental.

Entonces, ¿cuándo será buen momento para que le pongamos atención a nuestra salud mental? Esos sentimientos de abandono, de rechazo y de incomprensión, también son resultado de nuestra mente, producidos quizás por algún factor externo del que nunca hablamos, que nos detonó la ansiedad o el sentimiento de miedo, o quizás de ira. Pero, si nos estamos dando cuenta de que algo no anda bien, ¿Por qué no tomar acción y generar un cambio asertivo, en pro de mi propio bienestar?

Sí, sí, entiendo que aquí surja otra pregunta: ¿Cómo logramos hacer el cambio? Esto es lo que de manera personal he hecho para sentirme mejor y atender mi salud mental y emocional:

1- Tomo consciencia de mi realidad; esto me permite identificar mis pensamientos y a su vez, los sentimientos que éstos generan.

2- Asumo mi responsabilidad; no busco culpables, ni delego en otros lo que solo yo puedo atender. Soy yo quien se permitió enojarse por la actitud de un tercero, soy yo la que decido ser feliz, incluso en el momento menos agradable del día. Soy yo quien decido no juzgar a otros, para no perder el tiempo personalizando lo que no tiene nada que ver conmigo. Es mi decisión, es mi responsabilidad individual.

3- Atiendo mis necesidades; Es decir, si no cubro mis necesidades básicas, es probable que mi mente sufra un desequilibrio químico, no comer bien, no dormir lo suficiente, no tener ningún tipo de actividad física, solo agravan nuestra realidad. Urge ponernos en acción.

4- Pido ayuda; Esto en ocasiones es vital, no siempre tenemos el norte o la claridad que necesitamos para salir adelante y atender con consciencia nuestra vida. Recordemos que si crecimos en entornos complejos, normalizaremos cosas que no nos ayudan a ser felices. De la mano de un especialista el camino siempre es mejor, más objetivo y enriquecedor.

5- Veo el escenario de forma integral; Porque considero que los seres humanos somos un hermoso combo, tenemos de todo un poco en nuestra vida. Por ende, mientras ejecuto los puntos del 1 al 4, también cuido y le pongo atención a lo del día a día. A eso que si descuido, puede generar situaciones no deseadas el día de mañana. Cada uno puede delimitar qué tipo de áreas necesita atender con mayor prioridad, en mi caso el tema alimentación y alergias, es del top 10. ¿Cuáles serían tus 10 prioridades diarias?

Un ejemplo, podría ser que cuando los pensamientos catastróficos vienen a mi mente, al estar despierta, consiente, los atiendo y les doy solución, estableciendo una visión paralela del asunto que me aqueja. Lo veo desde otra perspectiva, y él solito pierde valor en mi mente. Casi de inmediato siento alivio, y una sensación de placentera tranquilidad.

Algo que me ha ayudado a tener paz, es dedicarme a diario un espacio de 15 minutos de meditación guiada, en la que respiro profundamente, conecto con mi fuerza interna, tomo consciencia de mi cuerpo y realizo que “soy una con el universo”. En Youtube pueden encontrar este tipo de herramientas, gratuitas, que le hacen muy bien al proceso de crecimiento.

Has escuchado esa frase: “ponele mente”, apliquémosla en nuestra vida diaria, que en realidad genera grandes resultados a corto, mediano y largo plazo.


¡Feliz de volver a conectar con Vos, te deseo una maravillosa vida,
llena de serenidad y paz mental!

octubre 10, 2018 1 comentario
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El Viaje de la V!DA

¡Vamos, no te dejés engañar!

por Lyhelis abril 11, 2017
escrito por Lyhelis

D

esde que empezó el año estas proyectando tus metas, esos deseos mas íntimos, los anhelos de tu corazón: perder las últimas 15 libras y lograr el cuerpo fit antes de las vacaciones, encontrar la fuente de inspiración y mejorar el rendimiento en tu trabajo, monetarizar una idea innovadora, activar tu negocio personal, encontrar un(a) novio(a) o por fin lograr salir de esa relación enfermiza con tu ex… yo sé que puedo seguir alimentando esa lista de los compromisos que asumiste el 31 de diciembre del 2016. Pero, ya estamos en Abril… y vos no has podido lograr lo que te has propuesto. Y estoy segura que no es por no querer, o por desmotivación, has hecho lo que ha estado a tu alcance, haz dado lo mejor de Vos Mismo(a)! Pero aún así… no hemos llegado a la meta!

Relaaax… la vida no es una carrera de velocidades, sino más bien una carrera de resistencia, de esas que requieren constancia, dedicación y enfoque. La vida te pide que alimentés tu motivación con el recordatorio constante, de manera positiva, de tus propósitos y metas. Nada de “hecharse a morir”, eso no nos luce, si nos planteamos metas de fin de año y nos comprometimos con ellas, pues debemos ser leales y coherentes con lo que queremos lograr.

Es probable que la mayoría de personas que me lean, hoy miércoles de Semana Santa, estarán a unas horas de salir de vacaciones largas, tendrán un par de días para compartir en familia, disfrutar un poquito más de su camita, leer un libro, ponerse al día de su serie favorita, disfrutar de sus hijos(as), de sus parejas. Y abrán otros, como Yo, que vamos a estudiar, a terminar un par de proyectos laborales pendientes, atender a Mi Abue, disfrutar de mis padres, entrenar mucho y disfrutar de los amigos(as).

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abril 11, 2017 2 comentarios
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El Viaje de la V!DA

Soltar también es un acto de amor

por Lyhelis marzo 30, 2017
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Q

ué complicado resulta cuando uno está enamorado y siente que ya ha pasado tanto con esa persona, que lo han intentado de tantas maneras y que al final, siempre hay vacíos en la relación. De ambas partes, sin tener uno más responsabilidad que el otro. Nótese que utilizo la palabra “responsabilidad” y no culpa, como usualmente nos sentimos cuando nos equivocamos.

Cómo duele sentir que amas a alguien, pero que te lo encontraste en etapas muy diferentes de vida, en procesos de crecimiento distintos, en realidades paralelas. Y sé que hay quienes pensarán que la vida es así, que lo seres humanos somos diferentes por naturaleza, mucho más cuando la relación es entre un hombre y una mujer, porque el género, la moral, la cultura, la educación y la sociedad nos etiqueta diferente a las “niñas” y a los “niños”.

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El Viaje de la V!DA

Entre tanto ruido, ¿cómo evitas distraerte?

por Lyhelis agosto 27, 2015
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E

l artículo de hoy inicia con un breve ejercicio: Toma papel y lápiz, haz una lista de todo lo que percibes a tu alrededor y de lo que te distrae de tu propia vida, eso que acapara tu atención. Contame: ¿Qué te distrae? ¿Qué llamó tu atención?

En la actualidad estamos expuestos a toda clase de estímulos, desde los más comunes como es el amor y cada uno de sus demonios, pasando por los dispositivos tecnológicos, la vida social, las apariencias, la milla extra en los trabajos bajo presión, la familia, el llanto del bebé de los vecinos, hasta los juegos de poder en las relaciones humanas, las guerras, la política, el cyber espacio… y podría seguir.

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¿Silencio Personal o Escucha Social?

por Lyhelis agosto 26, 2015
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E

ste tema me viene dando vuelta en la cabeza desde hace mucho tiempo. Disfruto mucho de sentarme con tranquilidad, sola conmigo misma, tomarme un cafecito caliente, escribir en mi cuaderno o sonreír de placer al leer un libro edificante. Y en muchas ocasiones me ha resultado imposible abstraerme a tal nivel de concentración que no pueda escuchar o ver a mi alrededor; situación con la que creo he aprendido a vivir.

Y si antes me incomodaba, luego de proponerme tener un cambio de actitud al respecto, hoy por hoy si toca escuchar o ver algo procuro mantenerme al margen, sin involucrarme en la vida ajena o incluso emitir un juicio sobre esto o aquello que dijeron. Lo he tomado tan a pecho y me he comprometido con ese propósito, que hasta resulta un entrenamiento mental, cada vez que estoy en la misma escena, divinamente instalada en un cómodo sofa y de pronto ZAZ… llega la información en el aire, de inmediato se activa mi alarma de emergencia y desconecto mis sensores sociales para seguir disfrutando de mí misma!

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agosto 26, 2015 0 comentario
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El perfeccionismo, ¿una fortaleza o una debilidad?

por Lyhelis agosto 21, 2015
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C

ualquier rasgo humano que nos lleve a estar en una mejor posisión o estado anímico es siempre bienvenido, el perfeccionismo no es la excepción. Recuerdo que en mis primeros trabajos cuando me preguntaban cuál era mi mayor fortaleza yo orgullosa respondía: “soy perfeccionista y perseverante”, y déjenme confesarles que esa es una mezcla explosiva, que termina la mayoría del tiempo “quemándote”.

Y con una sonrisa en el rostro me río de lo que les comparto, pero es una realidad, existe algo que se llama: “Burnout Sindrome” (que en Español se conoce como: “Síndrome de Fatiga Crónica”) y se adquiere por la constante exposición a situaciones que te generan estrés, sin tener oportunidad para bajar del pico alto que provocó la exaltación. El cuerpo se va resintiendo, la mente se agota, te genera mucho cansancio y emocionalmente te volvés más vulnerable.

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agosto 21, 2015 2 comentarios
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