¿QUÉ TAL ANDA TU SALUD MENTAL?

por Lyhelis
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“El estado de tu vida no es más que un reflejo del estado de tu mente”

-Wayne Dyer 

C

uando nos encontramos con nuestros seres queridos, con esas amistades de años, cuando reconectamos con personas con las que compartimos hace tiempo, cuando nos escribimos por chat, casi siempre al darnos F5 -y actualizarnos-, preguntamos: ¿Cómo has estado? ¿Qué tal todo? ¿Cómo está tu familia? Las respuestas son varias, pero usualmente usamos una sola palabra (con algunos cambios) para responder: “Bien”, “Todo bien”, “Ahí vamos, bien”. Y con esto creemos que ya lo dijimos todo.

Y es que la palabra “bien” representa bienestar, lo cual expresa satisfacción y tranquilidad en las condiciones de vida de un ser humano. Obvio, nunca se nos ocurriría preguntarle a nadie sobre su salud mental, se imaginan: ¿Y los pensamientos cómo van? ¿Qué tal tu mente? ¿Cómo sentís tu psiquis últimamente? (Me provoca risa) Dejaríamos de tener amistades… jajaja

Pero la verdad es que este es un tema del que poco conversamos, es una de las realidades más naturales y humanas, pero de lo que no nos gusta hablar, porque “no estamos locos”. Sin embargo, a diario estamos expuestos a situaciones en nuestro entorno que deteriorar nuestra salud mental y emocional, detonan miedos, angustia, ansiedades y hasta crisis de pánico (que si nunca hemos escuchado al respecto, no sabremos incluso identificarles). Y acompañado al entorno, que ciertamente no podemos controlar, vienen nuestros propios pensamientos. Sí, es la forma en la que pensamos la que define nuestras reacciones; ¡Dime en qué piensas y te diré de lo qué sufres!

A inicios de año empecé la lectura de un libro que me ha cambiado mucho, ha sido un pilar en el proceso de adaptación ante cambios radicales, se llama “Tus Zonas Erróneas”, es del autor: Wayne W. Dyer y en las primeras páginas me encontré con las líneas más duras que he leído en mucho tiempo, les comparto y Ustedes me dirán: “…Para simplificar podemos decir que tú crees que son las cosas o la gente los que te hacen infeliz, pero esto no es correcto. Eres tú el responsable de tu desgracia porque son tus pensamientos respecto a las cosas y a la gente que hay en tu vida los que te hacen infeliz. Para llegar a ser una persona libre y sana tienes que aprender a pensar de forma diferente. Cuando hayas logrado modificar tus pensamientos, entonces empezarán a surgir tus nuevos sentimientos y habrás dado el primer paso en el camino hacia tu libertad personal…”.

Hoy es el “Día Internacional de la Salud Mental” y tenía ya días sin escribir, pero créanme que sentí el compromiso personal de compartir un poco de mi percepción con Ustedes, Mis Responsables, pues es precisamente una responsabilidad cuidarnos, atendernos y mimarnos, consentirnos y cuidar lo que nos permite ser.

Le dedicamos tiempo al aseo personal, a nuestra higiene, porque no dedicarle tiempo a nuestra higiene mental, a tener pensamientos más claros, más sanos, más limpios. ¿Te has sentido en extremo preocupada o preocupado por algo que aún no pasa? ¿Has sentido angustia y dolor de estómago por una reunión? ¿Te aflige la situación que vive un amigo o tu pareja? ¿Sientes que tus hijos están en constante peligro? ¿Las inseguridades vienen a tu mente -sin llamarlas-? ¿Tienes pensamientos recurrentes sobre cosas malas? Debo comentarte que a esto se le conoce como “Pensamientos Catastróficos” y el resultado de este tipo de pensamientos es una afectación directa a nuestros sentimientos, usualmente andamos las emociones a flor de piel, alertas, pendientes de que algo va a pasar. Al final del día nos sentimos agotados, exhaustos y drenados, no precisamente por nuestra actividad física, sino por nuestra actividad mental.

Entonces, ¿cuándo será buen momento para que le pongamos atención a nuestra salud mental? Esos sentimientos de abandono, de rechazo y de incomprensión, también son resultado de nuestra mente, producidos quizás por algún factor externo del que nunca hablamos, que nos detonó la ansiedad o el sentimiento de miedo, o quizás de ira. Pero, si nos estamos dando cuenta de que algo no anda bien, ¿Por qué no tomar acción y generar un cambio asertivo, en pro de mi propio bienestar?

Sí, sí, entiendo que aquí surja otra pregunta: ¿Cómo logramos hacer el cambio? Esto es lo que de manera personal he hecho para sentirme mejor y atender mi salud mental y emocional:

1- Tomo consciencia de mi realidad; esto me permite identificar mis pensamientos y a su vez, los sentimientos que éstos generan.

2- Asumo mi responsabilidad; no busco culpables, ni delego en otros lo que solo yo puedo atender. Soy yo quien se permitió enojarse por la actitud de un tercero, soy yo la que decido ser feliz, incluso en el momento menos agradable del día. Soy yo quien decido no juzgar a otros, para no perder el tiempo personalizando lo que no tiene nada que ver conmigo. Es mi decisión, es mi responsabilidad individual.

3- Atiendo mis necesidades; Es decir, si no cubro mis necesidades básicas, es probable que mi mente sufra un desequilibrio químico, no comer bien, no dormir lo suficiente, no tener ningún tipo de actividad física, solo agravan nuestra realidad. Urge ponernos en acción.

4- Pido ayuda; Esto en ocasiones es vital, no siempre tenemos el norte o la claridad que necesitamos para salir adelante y atender con consciencia nuestra vida. Recordemos que si crecimos en entornos complejos, normalizaremos cosas que no nos ayudan a ser felices. De la mano de un especialista el camino siempre es mejor, más objetivo y enriquecedor.

5- Veo el escenario de forma integral; Porque considero que los seres humanos somos un hermoso combo, tenemos de todo un poco en nuestra vida. Por ende, mientras ejecuto los puntos del 1 al 4, también cuido y le pongo atención a lo del día a día. A eso que si descuido, puede generar situaciones no deseadas el día de mañana. Cada uno puede delimitar qué tipo de áreas necesita atender con mayor prioridad, en mi caso el tema alimentación y alergias, es del top 10. ¿Cuáles serían tus 10 prioridades diarias?

Un ejemplo, podría ser que cuando los pensamientos catastróficos vienen a mi mente, al estar despierta, consiente, los atiendo y les doy solución, estableciendo una visión paralela del asunto que me aqueja. Lo veo desde otra perspectiva, y él solito pierde valor en mi mente. Casi de inmediato siento alivio, y una sensación de placentera tranquilidad.

Algo que me ha ayudado a tener paz, es dedicarme a diario un espacio de 15 minutos de meditación guiada, en la que respiro profundamente, conecto con mi fuerza interna, tomo consciencia de mi cuerpo y realizo que “soy una con el universo”. En Youtube pueden encontrar este tipo de herramientas, gratuitas, que le hacen muy bien al proceso de crecimiento.

Has escuchado esa frase: “ponele mente”, apliquémosla en nuestra vida diaria, que en realidad genera grandes resultados a corto, mediano y largo plazo.


¡Feliz de volver a conectar con Vos, te deseo una maravillosa vida,
llena de serenidad y paz mental!

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1 comentario

Louisa septiembre 4, 2019 - 1:21 pm

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