Entre tanto ruido, ¿cómo evitas distraerte?

por Lyhelis
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l artículo de hoy inicia con un breve ejercicio: Toma papel y lápiz, haz una lista de todo lo que percibes a tu alrededor y de lo que te distrae de tu propia vida, eso que acapara tu atención. Contame: ¿Qué te distrae? ¿Qué llamó tu atención?

En la actualidad estamos expuestos a toda clase de estímulos, desde los más comunes como es el amor y cada uno de sus demonios, pasando por los dispositivos tecnológicos, la vida social, las apariencias, la milla extra en los trabajos bajo presión, la familia, el llanto del bebé de los vecinos, hasta los juegos de poder en las relaciones humanas, las guerras, la política, el cyber espacio… y podría seguir.

¿Cómo construir una vida socialmente responsable si pasamos distraidos todo el día? Si estamos viviendo vidas ajenas, cumpliendo planes de acción para hacerle la bolsa más grande a otros, desmeritando el real y valioso significado de la vida. Perdiendo tiempo entre los chismes y las pláticas ajenas.

Has pensado ¿cuál es la labor más importante del ser humano¿ Para mí es VIVIR, pero con calidad. En medio de tanto ruido olvidamos lo importante y vivimos corriendo, resolviendo lo urgente. Se nos olvida pensar en nosotros, en el prójimo, en la sociedad que estamos alimentando con nuestras actitudes. Se nos olvidan nuestros derechos y nuestras obligaciones.

En una ocasión, dando una charla sobre responsabilidad social corporativa, pregunté ¿quién conocía sus Derechos Humanos?. Y luego de tener más respuestas negativas que positivas, pregunté si consideraban que la educación era una opción o un derecho. A lo que quedé aún más sorprendida, porque encontraba personas que consideraban que la educación es una opción, no un derecho, pues “estudia el que quiere” me decían.

Creo que si les hubiese preguntado si era un derecho humano tener acceso a un celular inteligente, me hubieran dicho que sí… (disculpen el sarcásmo). Es que siento que tenemos tantas oportunidades de mejora, pero no queremos tomarlas, las vemos, casi nos hablan, pero les pedimos que no nos molesten, que estamos ocupados. Y ahí es donde me pregunto: ¿Podemos ser socialmente responsables con este tipo de actitudes?

Quizás debamos hacerle caso al reloj despertador, abrir los ojos de una vez, brincar de la cama, tomar una ducha, ponernos la sonrisa, enfocarnos, dejar los ruidos en nuestra cabeza y salir a conquistar nuestro día a día…

¡Porque vivir es nuestro derecho… y nuestra mayor responsabilidad!

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