¡Como si fuera mi primera vez!

por Lyhelis
0 comentario

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?

Anónimo


Casi siempre que se habla de la “primera vez” nos sorprendemos pensando en relaciones sexuales, quizás por el valor (o antivalor) socio cultural que se le ha dado al acto sexual, como algo prohibido, cosas de adultos. Sin embargo, hay muchos otros momentos vívidos que generan la misma o mayor satisfacción que el sexo, pero de los que casi nunca hablamos.

Por ejemplo: la primera vez que di una conferencia frente a más de 100 personas no sé imaginan cómo sudaba del nervio, todo me temblaba, estaba helada, fue realmente excitante, hubo contacto visual, interacción, dar y recibir, admiración mutua, fue maravilloso. O la sensación de empatía y magia que sentí en el primer taller de la certificación como Mentora en Liderazgo, me caló de tal manera que lo recuerdo como si estuviera volviéndolo a vivir, como si tuviera un video corto que se repite si así lo deseo. O el primer día de clases a alumnos(as) de maestría, era una emoción indescriptible, sentía una presión por hacerlo excelente, estar a la altura de mis alumnos(as), que me llegué a exigir muchas horas previas de preparación. Esas sensaciones fueron mucho más gratificantes que la mitificada “primera vez sexual”.

Recuerdo con agrado la primera vez que bailé salsa casino, sin saber ni un solo paso PRO. El primer contrato que firmaba por un monto mensual de US$2,000.00 al mes, más gastos de representación, a mis 25 años (que tiempos más hermosos aquellos). Y ni que decir, la primera vez que pagué mi primer viaje sola, fue a Little Corn Island. O mi primer Eurotrip (también sola). O la primera vez que fui (sola) al cine, ya ni recuerdo lo que ví, pero sé que lloraba de la emoción por haberme dado ese gusto, sin ponerle el toque romanticón. Estoy notando un dato interesante: A mi “mujer empoderada” de aquellas épocas, le alimentaba el vivir experiencias por sí misma, sin compañía. ¡Interesante! ¿Lo has hecho alguna vez?

Mi primer viaje en metro, en París (que por cierto nos intentaron asaltar, pero mi tía Yelba salió en mi defensa), o el primero que hiciera sola hace unos meses en España. O eventos menos impactantes, como la primera vez que chatié en una compu con un completo desconocido bajo el seudónimo de “Neo”, a través de “MSN Messenger”. Creo que por eso no me gustan las nuevas aplicaciones en línea para conectar con gente, quedé traumatizada del MSN… (jajajajaja). Y por qué no contarles de mi primer beso, un primero de Agosto, que por cierto fue bastante “wacala” (entiéndase por “wacala”, la expresión más infantil que existe para referirse a algo que le genera asco). Y qué tal mi primer correo en Gmail, en dónde me di cuenta que podía usar solo mi nombre, gran sorpresa.

Hice una breve encuesta entre un grupo de mujeres lideresas, y les pregunté: ¿Qué piensan cuando escuchan la frase “Mi Primera Vez”? Entre las respuestas escribieron: “me imagino andando en bici” (yo sé que me costó aprender, pero no recuerdo el momento en que empecé), “la primera vez que me mudé de país”, “al sexo, como frase referente”, “andando en avión”, “la menstruación”, “el primer mamá”, y alguien escribió: “…yo pienso en todas las cosas que se hacen como primera vez, uso mucho esa frase, y soy de asociarla mucho a lo que han sido mis experiencias personales: mi primera vez en tal lado, mi primera vez haciendo tal cosa”. Y ahí, conecté al instante, pues llevo meses viviendo la vida como si estuviera llena de primeras veces.

Usualmente no hablamos de éste tema porque nos da pena. Nadie anda contando que fue por primera vez al estadio, o que se comió por primera vez un helado de mango. Al parecer esas cosas no son tan relevantes. En ocasiones, le damos valor a las primeras veces, si hemos pasado un momento de miedo o caótico, algo que nos caló emocionalmente antes de decidir hacerlas.

Si le ponemos un poco de consciencia al asunto, siempre estamos viviendo una primera vez, sus hijos no se ríen igual todos los días, usualmente comemos algo diferente, probamos cosas distintas, experimentamos con nuevos amores y estilos de vida. Nuestros cinco sentidos perciben algo nuevo a diario, por primera vez varias veces, como lo hacemos todos los años de estudiantes el primer día de regreso a clase, las risas y los abrazos, la complicidad del reencuentro; y obvio, con todo aquello, los desvelos del día anterior, por la emoción.

Mi vida ahora tiene más gracia, la vivo con mucho más placer; mis primeras veces son nuevos logros personales, que vivo desde las pequeñas cosas del diario, como hace unos días, que me atreví a ver mi primera peli de miedo (IT). Quizás éste es el mejor consejo que puedo darte, (¡No, no, la peli de miedo no!). ¡Viví la vida, como si fuera la primera vez, dejate sorprender, quizás con esa inocencia podrás disfrutar de las cosas que pasas -sin querer- por alto!.

Cierro con ésta hermosa frase de Jorge Muñoz:

“Un día, así como cualquiera, conoces a alguien que te hace sentir que no habías conocido nada.
Y que la primera vez, no siempre es la primera”
.

También te puede interesar

Deja un comentario