El Arte del Autoestima

por Lyhelis
0 comentario

!H

ola!

¡Buenos días mis responsables!

Si me estas leyendo es porque tuviste la bendición de abrir los ojos el día de hoy, probablemente en automático, (como me pasa cuando madrugo), pero despierta que es lo importante. Ya con ese logro, todo lo que depare el día será ganancia, nuevas experiencias, logros, descubrimientos, olores, sabores, mensajes, interacciones, todo eso rico que tiene la vida para darnos. ¿Ya pensaste cuál va a ser tu aporte del día?

Dale vuelta a este tema del aporte del dia, tu valor agregado, tu agradecimiento en forma de actitudes hacia la vida, recordá que nadie puede dar lo que no tiene. Y es que estamos acostumbrados a abordar estos temas de forma superficial, no le damos la importancia que tiene el amor propio, la autoaceptación, el concepto que tenes de vos mismo. Y es que este tipo de cosas las vinculamos mucho a la percepción de terceros y a la aceptación de éstos sobre nuestra vida, -situación nada saludable, pero necesaria-.

La consideración o el aprecio que nos tenemos a nosotros(as) mismos(as) es valioso para llevar una vida sana, para construir relaciones fraternas, para crecer con pie firme, sin tantas dudas o miedos, pues es como una relación inversamente proporcional: “mientras más me acepto y quiero a como soy, menos inseguridades voy a vivir”.

La “Pirámide de Maslow” establece al autoestima como una necesidad humana, y ordena dichas necesidades por jerarquía, de la base hacia la punta de la pirámide; Es decir, una vez satisfechas las necesidades fisiológicas (alimentación, respiración, descanso…), las de seguridad (protección…), surge la aceptación social (sentimiento de pertenencia, familia, amistad, afecto), luego en la cúspide de la pirámide se encuentra la necesidad del autoestima (confianza, éxito, respeto) y al final, satisfecha en su mayoría todas las anteriores, está la necesidad humana de la autorealización (espontaneidad, creatividad, satisfacción personal).

Que si tu papá no acepta lo que haces, no respalda tus decisiones, se la pasa criticándote, que si tu mamá se burla de tu estilo de vida, te caracteriza con adjetivos calificativos, nunca está contenta con lo que sos, pues qué pena por ellos, seguramente su autoestima no está en el nviel de equilibrio necesario para comunicarse y socializar de manera sana y amorosa. Pero ese no es tu problema, la escucha asertiva también nos compromete a elegir qué escuchamos y a quien le prestamos importancia, es incluso una responsabilidad como individuo, saber elegir.

Has leído por ahí: “Decir no, es en sí mismo, un acto de amor propio”, este es el principio básico del autoestima, pues en la medida en la que nos conocemos, como nos percibimos, la evaluación que tenemos del “yo”, la forma en la que nos pensamos, generará sentimientos de aceptación y consideración personal, por lo que podrás ser más honesto(a) con tus emociones y respetarlas, descubrir que te suma y quien te drena, para poder marcar límites respetuosos a tu favor.

El autoestima es un arte, si no podés darte amor y tratarte bonito, está casi imposible dar amor y tratar bonito a tu entorno; uno refleja y proyecta en otro lo que tiene dentro, o lo que necesita llenar, tan simple como eso. Nuestra manera de ser, nuestro cuerpo, nuestra personalidad es en parte lo que nos hace ser quien somos, mientras más contenta esté conmigo misma, más felicidad tendré para irradiar a mi alrededor.

Nuestra “autoimagen” es la clave del autoestima, ésta se construye desde pequeños en los ojos de quienes nos rodeaban, usualmente cuando los mensajes recibidos en la infancia no fueron muy asertivos, tendemos a desconfiar y a vernos tras la opinión de ese “mensaje brujo” que se quedó registrado en nuestra memoria, pero que en realidad no define lo que somos. Pero siempre podemos construir una mejor versión y una mejor forma de vernos.

Hagamos juntos el siguiente ejercicio: la próxima vez que tengas que ir al baño, mirate en el espejo, al menos 5 segundos, y enumerá las cosas lindas que vez en tu reflejo; sonreíte, cerrate un ojo, tirate un beso; repetilo cada vez que podás, de esa manera, estarás alimentando tu amor propio. Dale, aunque te de pena, probalo. ¡Estoy segura que vas a disfrutarlo!

 

También te puede interesar

Deja un comentario